Jueves 14.02.19
Salmos
23:5 “Aderezas mesa
delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi
copa está rebosando”.
De todas las promesas maravillosas
que Dios da en este salmo, esta es una de las más gloriosas. Él dice que pondrá mesa para ti, la servirá con comida
estupenda y te servirá un gran banquete.
Y Él hace eso frente a tus enemigos.
Él “esparcirá”, gran variedad de
comida, será una fiesta masiva. Y sólo
hay un invitado, ¡tú! Dios hace ese trabajo maravilloso para cada individuo que ama y le sirve a Jesús.
A medida que Dios se prepara y sirve
tu banquete, hará que tus enemigos se
sienten en el borde exterior de la escena y miren todo. Ellos verán al
Señor mismo sirviendo en tu mesa, escoltándote a tu asiento y esperándote. Luego
mirarán mientras tú llenas tu alma con
las delicias del cielo. Ningún poder demoníaco, ni el diablo mismo, comprendería
este tipo de amor, de misericordia y de gracia.
Jesús dice que el Padre hace esto
por todos sus hijos: Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor,
cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se
sienten a la mesa, y vendrá a servirles (Lucas 12:37).
Mientras vayas disfrutando el
banquete provisto para ti, el Señor se
inclinará y te susurrará al oído: No tienes que preocuparte por ninguno de tus
enemigos. Ellos no pueden hacer nada contra ti.
Con esa maravillosa seguridad en tu
corazón, podrás cantar: “Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me
rodean … cantaré y entonaré alabanzas a Jehová” (Salmos 27:6).
Ven y disfruta de esa mesa, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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