martes, 11 de diciembre de 2018

”Tu palabra sabia de hoy”


11.12.18

Salmos 42:1-5 Como el ciervo brama por corrientes de aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”.

¿Estás en lugar o momento horrible ahora? ¿Estás desesperanzado, vacío, desanimado, arruinado…? Óyeme: tu prueba pasará! Pero, ¿qué espera Dios de ti en medio de esto?
No puedes evitar tu dolor; de hecho, hay poder sanador en tus lágrimas. Tu luto no tiene nada que ver con el hecho de que confíes o no en la Palabra de Dios. Quizá te preguntes: Señor, ¿qué hice mal? ¿Es este tu juicio sobre mí? Hasta pudieras sentir deseos de confrontarlo: ¿Por qué dejaste que esto me sucediera?
Hoy el Señor te dice: Tienes derecho a tus sentimientos, pero no a acusarme o dudar de mí. Te he hecho muchas promesas. Te he suplido tus necesidades. Deja que mis Palabras cobren vida en ti, te traerá mayor sanidad que cualquier medicina!
El Señor entiende TODOS tus tiempos de confusión y duda.  Y pacientemente espera que lo mires y confíes en Él. Te dará victoria! Confía en sus promesas y permite que Él se convierta en el gozo de tu vida.
Y, de veras, que desea bendecirte.  Feliz día!

Wilda M.V.
(Referencia: WorldChallengeOrg)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...