Miércoles 12.12.18
Salmos 50:8, 12, 14,
15 “No te reprenderé por tus sacrificios, ni holocaustos, que están
continuamente delante de mí. …mío es el mundo y su plenitud. Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus
votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me
honrarás”.
Ante tus
dificultades más extremas hay una sugerencia
que hace gran diferencia: Comienza tu día dando gracias a Dios por, al menos,
tres cosas.
La
gratitud abre el corazón para hallar ánimo en la bondad de Dios. Agradece por: el descanso de la noche. Por tu cama
limpia. Por el sol que brilla y te calienta. Por el cafecito o el desayuno
temprano. Por la sonrisa en tus labios. Por tu familia. Por tu empleo. Por esa
salud que Dios puede renovar y hacer florecer... Hay miles de cosas por las
cuales puedes agradecer a Dios!
Ahora bien,
dilo de corazón. No de
manera fría o trivial. Al Dios Todopoderoso le importan las cosas pequeñas
de tu vida. En lugar de formales sacrificios de acción de gracias que has
aprendido, Él desea que le entregues tu corazón y tu vida en gratitud.
La gratitud
ayuda a levantar el espíritu. Cuando clames al Señor en el día de la
angustia, Él te podrá librar. Deléitate en mostrar a Dios tu agradecimiento,
Él es tu Redentor; Sanador; y tu Amigo!
Feliz día, y que Dios te bendiga por tu gratitud a Él!
Wilda M.V.
(Referencia:
NuestroPanDiairo)
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