15.10.2018
Lucas 6:20-22 “Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados los
pobres, porque suyo es el reino de Dios. Los que ahora tienen hambre, porque
serán saciados. Los que ahora lloran, porque reirán. Bienaventurados serán
cuando: los hombres los aborrezcan, los aparten de sí, vituperen, y desechen su
nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre”.
En el
Sermón del Monte, Jesús muestra unas características por las cuales puedes
ser bendecido: Por ser manso, pobre de espíritu y pacificador.
Pero, aunque
las bienaventuranzas no incluyen “bienaventurados los perturbadores”, el serlo es
una actitud que Jesús alienta, y que Él mismo practicó; ya que Él no sólo
era manso y humilde, sino también radical y feroz. En más de una ocasión, Jesús
fue perturbador de normas religiosas; y del reino de las tinieblas.
Cuando Jesús
oraba los reinos eran conmovidos, los poderes de las tinieblas huían y gran
obra de Dios era realizada. Él fue perturbador, inclusive para aquellos que
decidieron seguirlo. Con frecuencia perturbaba la zona de confort de sus
discípulos. Él trastornó y trastorna el mundo de forma perturbadora.
Las batallas que enfrentas, necesitan
más que oraciones ocasionales y cómodas. Ese
modelo puede estar bien para los devocionales matutinos, pero cuando hay una
misión santa, que parece obstaculizada por el adversario, la esperanza está en una
oración radical y perturbadora.
En vez de 1 hora de oración, necesitas
horas de oración.
Una vida
de oración “medio paralizada”, no refleja nada distintivo. Estás llamado a
ser un pueblo diferente! Cuando eres un “perturbador”, el reino de Dios se
conmueve, las tinieblas huyen, y podrás ver a Dios obrando poderosamente!
¡Que Dios te enseñe a inquietar las tinieblas, y te bendiga!
Wilda
M.V.
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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