15.08.2018
Salmos
101:6-7 “Mis
ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos”.
Si
eres de los que aún no has entendido la Gracia Salvadora de Jesucristo, te
comparto algunos tópicos del pensar de Dios, plasmado en Salmos 101, por el Rey
David.
La gracia, no es más que un regalo inmerecido, y uno de
los más grandes actos de misericordia que Dios te pueda mostrar. Ya que, siendo abominables, perversos e
impíos; podemos optar por ir a morar en la
Patria Celestial, y ser hijos de Dios.
¡Qué maravilloso! No
lo merecemos, pero podemos calificar.
Cuando
entiendes y aceptas esa Gracia: 1. Cantas a Dios en medio de tu aflicción, entiendes
el camino de la perfección; y eres íntegro de corazón. Por el contrario, es tarea
difícil. 2. Ya no eres capaz de hacer
cosas injustas, y aborreces las obras que te hacen desviar.
Caminando
bajo la gracia de Dios, Él siempre pondrá sus ojos en ti, destruirá al que
intente infamarte, y serás parte de Su redil por la eternidad.
Amigo, la Gracia Salvadora (tu proceso de libre acceso a
la Gloria Divina), es decisión tuya.
Aunque no lo entiendas, ni lo percibas, tu vida está cargada de actos que
desagradan a Dios, por lo que NO eres grato a Sus ojos. Pero, como Él te ama tanto, extiende Su mano hacia ti,
mediante dos palabras: Salvación y Gracia… Y solamente Jesús es el medio para lograrla. (Lee Juan 14.6).
¡Dios
te dirija y te bendiga! Medita
en cuánto te ama el Señor… por lo que aún no has sido consumido… Piénsalo!
Wilda
M.V.
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