16.8.18
Lucas 6:38 "Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir".
Entré apresurado a un banco. Tenía varias cosas anotadas para hacer, pero, al entrar, me frustré cuando vi una fila larguísima que llegaba hasta la puerta.
Apresúrate y espera, me dije entre dientes, mientras miraba el reloj.
Tenía la mano todavía en la puerta, cuando un anciano se me acercó y dijo. No puedo conseguir que este equipo funcione, mientras señalaba hacia una máquina detrás de nosotros. Me tragó el dinero, y no sé por qué. De inmediato, supe lo que Dios quería que yo hiciera. Salí de la fila, y pude solucionar el problema en diez minutos.
El hombre me agradeció y se fue. Cuando me di vuelta para volver a la fila, no había nadie. Entonces, fui directamente al mostrador. Aquella experiencia me recuerda las palabras de Jesús: Da, y se te dará... rebosando!
Mi espera pareció más breve porque Dios interrumpió mi apuro. Me hizo ver las necesidades de los demás, me enseñó a dar de mi tiempo...y Él me hizo un regalo! Espero recordar esta lección la próxima vez que mire apresurado el reloj.
"El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado" (Prov 11:25).
Buen día para decir: Señor, todo mi tiempo está en tus manos; tú me lo regalas. Muéstrame cómo usarlo para glorificar y honrar tu nombre!
Hay veces que nuestra lista de cosas para hacer debe esperar.
Feliz y bendecido día!
Wilda M.V.
(Referencia: Nuestro pan diario)
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