16.07.2018
1
Pedro 5.6-7
“Humillaos, bajo la poderosa mano de
Dios, para que él les exalte cuando fuere tiempo; echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes”.
¿Sientes a veces
como si estuvieras cargando el peso del mundo sobre tus hombros? Las cargas
vienen de todas formas, pero tienen algo en común: agobian y agotan. Y cuanto
más las llevemos, más pesadas parecen.
A menos que tus cargas sean
manejadas adecuadamente, nublarán tu pensamiento, interferirán con tu trabajo y
afectarán tu vida familiar.
Las soluciones que
ofrece el mundo a la ansiedad son temporales, pero Jesucristo ofrece soluciones permanentes. El Señor nos anima a
echar nuestras inquietudes y preocupaciones sobre Él… Él se preocupa por
nosotros. Él entiende nuestras debilidades e intercede por nosotros ante el
Padre Celestial (Hebreos 4.15; 7.25).
Como Hijo del
Hombre, Cristo experimentó, de primera mano, las dificultades y cargas de la
vida terrenal. Sabía cómo vivir con escasos recursos económicos sin sentirse
ansioso (Mateo
8.20),
y cómo confiar en su Padre mientras estaba bajo gran angustia emocional (Lucas
22.42-44).
Experimentó la traición de Judas y el rechazo de su propio pueblo. Fue tentado
en todo…pero nunca pecó.
Si estás luchando
bajo presiones diarias, ¿qué te impide
entregar tus cargas a Cristo? Tal vez lo hayas intentado, pero la pesada
carga de preocupación sigue sobre tus hombros. Te hace falta humildad para admitir que no puedes manejar todo por tu
cuenta. Necesitas
confianza para permitir que Dios resuelva la situación de acuerdo con Su
voluntad.
Si entregas tus
cargas, lo único que perderás será tu
ansiedad!
Feliz
inicio de semana, que en Dios encuentres el descanso que buscas, y te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: EnContacto)
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