17.07.2018
Mateo 11.28-30 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Jesucristo en el pasaje de hoy muestra una preocupación misericordiosa al invitarnos a venir a Él en busca de alivio. ¿Existe algo más importante en este mundo que la sensación de ser liberado de todo lo que nos agobia
El Señor nos invita a venir, tomar su yugo y aprender de Él. Un yugo puede sonar como una carga adicional, pero en el contexto histórico, lo que Cristo quiere decir está enlazado a que un yugo era una barra que se ajustaba sobre el cuello y los lomos de dos animales. Cuando había que transportar una carga pesada, dos bueyes formaban una yunta que distribuía el peso de manera uniforme entre ellos.
Lo que nuestro Señor está describiendo es un proceso que consiste en acudir a Él en busca de salvación y aprender a conocer su carácter perfecto, sus prioridades y sus planes.
Cristo nos pide colocarnos bajo el yugo de su señorío, y promete que una vida de sumisión nos vendrá bien y nos dará alivio.
Nuestro Salvador ofrece acompañarnos en cada prueba que enfrentemos.
A veces, elimina las dificultades que nos abruman, mientras que en otras ocasiones, alivia los sentimientos de agobio que acompañan nuestras pruebas.
Habrá ocasiones que Jesús caminará a nuestro lado en medio de las dificultades y sufrimientos, dándonos la gracia y fuerzas para soportar.
Que en este día puedas descubrir que el yugo de Cristo es fácil y su carga ligera, y que su compasión y poder no te abandonarán.
Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: Encontacto)
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