Meditación 16.02.18
Jueces 7.1-8 “Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el
pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el
campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el
valle. Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es
mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe
Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora,
pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca,
madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del
pueblo 22,000, y 10,000. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho
el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga:
Vaya éste contigo, irá contigo; más de cualquiera que yo te diga: Este no vaya
contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas;
y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como
lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare
sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que
lamieron llevando el agua con la mano a su boca, 300 hombres; y todo el resto
del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces
Jehová dijo a Gedeón: Con estos 300 hombres que lamieron el agua os salvaré, y
entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno
a su lugar. Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y
sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a
aquellos 300 hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle”.
La historia de Gedeón ofrece orientación bíblica para
los momentos en que la derrota parece inminente. Sin importar cuáles sean
nuestras dificultades, el Señor puede demostrar su poder maravilloso para
liberarnos.
Dios utiliza la dificultad para aumentar nuestra fe. Gedeón estaba dispuesto a creerle a Dios y a enfrentarse a un ejército 4
veces más grande que el suyo. Aprendemos a confiar en el Señor por medio de la
experiencia. A veces, Dios nos coloca en situaciones sumamente difíciles para
que descubramos su fidelidad. Puede que prefiramos aprender a tener fe leyendo
un libro, pero el Señor sabe que la mejor aula es una situación de total
dependencia.
Dios puede pedirnos que hagamos lo que parece absurdo. Los israelitas ya estaban en desventaja numérica, pero el Señor le ordenó a
Gedeón que redujera el ejército a solo 300 hombres. ¡Eso hizo que las
probabilidades fueran de 450 a 1! Aunque los caminos de Dios puedan parecer
ilógicos para nosotros, su sabiduría y su poder son mucho más grandes que los
nuestros, y podemos confiar en su plan.
Dios nos guía a hacer lo que lo glorifica. El ejército de Gedeón era tan pequeño que sus hombres no podrían, de
ninguna manera, atribuirse el mérito de la victoria. El Señor se complace en
demostrar su poder asombroso y su gloria por medio de nuestra debilidad e
incapacidad.
Piense en las dificultades de la vida como oportunidades
para que el Señor aumente su fe y le prepare para el ministerio. Él utiliza
a quienes están dispuestos a obedecerle, incluso cuando la tarea parezca
absurda o imposible. Dios
se complace en mostrar su fidelidad a quienes confían en Él, a pesar de la
situación.
(De Encontacto)
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