Meditación 18.01.18
Mateo 6.33 “Más busquen primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”.
La Biblia contiene muchos ejemplos
aleccionadores de hombres y mujeres que establecieron mal sus prioridades. A
menudo, fueron personas temerosas de Dios que tuvieron un lapso momentáneo.
Esto debe dar a todo creyente una pausa para considerar la importancia de
llevar cautivo a la obediencia a Cristo todos los pensamientos y deseos
perjudiciales.
Con propósitos buenos o malos,
establecemos prioridades de una de estas tres maneras: Evaluando qué cosas
deben tener más importancia; sucumbiendo a la presión y dejando que la gente o
las circunstancias dicten cómo debemos priorizar; o derivar hacia hábitos y
maneras de pensar que se conviertan en un estilo de vida. Además, las
prioridades deben estar en orden antes de enfrentarnos a circunstancias y
personas difíciles; de esa manera, podemos mantenernos firmes en obediencia. La
única opción viable, entonces, es priorizar deliberadamente. Hacemos esto al
establecer el propósito de vivir de acuerdo con el propósito y el plan de Dios.
Las prioridades que elegimos son
determinadas por lo que valoramos. A veces, sin
embargo, priorizar puede ser frustrante ya que hay muchas distracciones que
desvían nuestro enfoque.
Si consideramos que una relación
correcta con Dios es de suma importancia, entonces pondremos en primer lugar
las acciones y los pensamientos que fortalezcan nuestra conexión con Él.
Debemos ser disciplinados en seguir nuestras metas, porque tener una vida
con propósito rara vez es fácil. Sin embargo, la buena noticia es que Dios
conoce nuestro corazón, y Él honrará nuestro intento sincero de darle el primer
lugar en nuestra vida.
(De Encontacto)
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