Meditación 26.01.18
Oseas 10.12 “Siembren para ustedes en justicia, segar para ustedes en misericordia;
hagan para ustedes barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que
venga y les enseñe justicia”.
Como cristianos, todos pasamos algún tiempo buscando al
Señor; pero, para tener realmente éxito en esto, tenemos que aprender a
ajustar nuestro enfoque. Esto es importante porque llegamos a ser lo que
miramos. Si fijamos nuestra atención en lo sensual y materialista, no pasará
mucho tiempo sin que comencemos a inclinarnos en esa dirección. Trate de
renunciar a la televisión durante un par de semanas, y vea cómo afecta esto su
mente. Aunque es posible que no note su influencia, en realidad la televisión
tiene un efecto sutil pero absorbente en usted, y altera su manera de pensar.
En cambio, si usted centra su amor y su atención en
Dios, llegará a ser más como Él. Es casi como la ósmosis: absorbemos las
características del Señor cuando se vierte en nosotros. Podemos fijar
nuestra mente en Jesucristo cuando oramos, estudiamos la Biblia y meditamos en
las verdades de Dios.
Debemos profundizar más, hasta el punto de escuchar y
expresar al Señor lo que haya en nuestros corazones. Si somos francos y
transparentes, nos hablará y nos llenará de Él.
Si aprendemos a recibirlo de esta manera, descubriremos
que el hambre y la sed de todo lo demás comenzarán a disminuir. No es
que nuestros deseos desaparecerán, sino que serán redireccionados.
Usted descubrirá que tiene un hambre cada vez mayor por
el Señor, y un anhelo de conocerle de una manera cálida y personal. Notará
un gozo burbujeante y desbordante en su vida, que no puede ser impedido o
sofocado. ¿Por qué razón? Porque una vez que haya comenzado a buscar al
Señor, le reconocerá como su todo en todo.
(De
Encontacto)
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