”Tu palabra sabia de hoy”

Lunes 11.9.17

Hebreos 6:13-17 “Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, y dijo: "Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia". Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido. Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento".

¿Quién no enfrenta problemas? Todos. Pero al encontrarnos con la presencia de Dios, todo es diferente! Luego de  Jesús ascender a los cielos, el Espíritu Santo vino a ser una promesa para todos.

Los discípulos  experimentaron el nuevo tiempo de Dios, y esa misma presencia la podemos experimentar hoy. El mismo Espíritu Santo desea posarse en tu vida. Dios no cambia, tampoco su amor. Su Palabra no expira ni se apaga.

Ahora bien, ni la paz, ni la alegría las hallamos en bienes materiales... todo eso se puede perder en un momento. Pero perder o no tener la presencia de Dios… eso sí es un verdadero vacío.

Tener a Dios es tener la verdadera paz y felicidad. Y Cristo vino para darnos vida, y en abundancia. El Señor nos invita a buscar y cuidar su presencia; a no descuidamos, ni a creer que está lejos de nosotros.

Dios no miente. La gente dice: “Te lo juro”, y es una expresión que utilizan como recurso para no confrontar la verdad. Si Dios prometió que te bendecirá, lo hará… más no así el hombre.  Por eso es tan importante sentirnos amados por Dios, vivir con su favor y bajo su gracia.

Esa gracia de Dios, también nos libera de condenación; aunque muchos resistan la realidad del infierno. Solo buscan respuestas y soluciones de Dios, sin detenerse a pensar que sin compromiso con Dios están perdidos.

Todos somos pecadores, de una u otra forma, y eso nos cierra la puerta del cielo. TODOS necesitamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Él es incomparable amor, y lo dio todo para que las puertas del paraíso sean abiertas para nosotros... si decidimos creerle y obedecerle!

Llegará un día en que dejaremos la tierra, nos encontraremos con nuestro Padre Celestial, y Él nos pedirá cuentas. Y si no decidiste llevar a Jesús en tu corazón, serás vilmente condenado… por toda la eternidad.

(Referencia: Avanza por mas.com)

Dios te bendiga, y te ayude a entender que no hay condenación para los que están en Cristo (Rom.8:1), y que si vivimos para Él, aun con nuestros defectos, seremos libres del infierno!

Wilda M.V.