Meditación 19.9.17
Salmos 1.1-3 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de
malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha
sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de
día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su
fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
El valor que demos a algo determinará el trato que le
dispensaremos. Por ejemplo, es posible que usted no se interese mucho por una
vieja caja de zapatos. Pero si alguien pone diez mil dólares en ella antes de
dársela, probablemente usted se asegurará de que esté bien protegida contra
cualquier daño o robo.
Asimismo, al darnos cuenta del valor de la Biblia, ya no
la leeremos por obligación; sentiremos anhelo por su revelación y por su poder
transformador.
Veamos ahora, de qué manera nos instruye Dios para leer
su “manual de instrucción para la vida”.
Primero, acuda a la Biblia cada día
con fervor por saber lo que el Señor le dirá. Segundo, medite en la Palabra,
pensando en lo que ha leído, para asimilar su significado y sus implicaciones.
Tercero, estudie la verdad de Dios. Hay varias maneras de hacerlo, por ejemplo,
sígale la pista a una palabra específica en todo el Antiguo y Nuevo Testamentos
utilizando una concordancia. O estudie todo un libro analizando minuciosamente
un capítulo a la vez. Cuarto, crea lo que el Señor le dice.
Quinto, obedezca.
En otras palabras, aplique lo leído a su situación particular. Esto requiere
normalmente valentía y disciplina.
Sexto, comparta lo que ha aprendido. Esto
alentará a otros, y al mismo tiempo le fortalecerá a usted y penetrará más
profundamente en su corazón.
Para algunos, la Biblia puede parecer un libro más. Pero es su verdad
vivificante la que puede proteger, guiar, mover y alentar. En ninguna otra
parte encontramos cómo ser salvos para poder morar finalmente con el Señor en
el cielo. Si entendemos el valor de la Biblia, nuestra interacción con la
Palabra de Dios mostrará lo mucho que ella vale.
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