Viernes 16.6.17
Salmos 51:15-17 "Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios".
El kintsugi es el antiguo arte japonés de reparar cerámica rota. Se utiliza polvo de oro mezclado con resina para reparar o rellenar las grietas. En lugar de esconder el arreglo, este arte saca belleza de algo roto.
Dios también valora nuestro quebrantamiento, cuando estamos arrepentidos del pecado cometido. Después de que David adulteró con Betsabé, y tramara la muerte de su esposo, el profeta Natán lo confrontó, el rey se contritó y arrepintió.
Su oración mostró lo que Dios desea cuando hemos pecado: Él no quiere que hagamos sacrificios, ni holocausto. Lo que Él espera es un espíritu arrepentido; porque ese corazón que se ha humillado, nunca Dios lo despreciará.
A ese corazón Dios lo repara con el perdón que el Salvador ofreció en la cruz. Nos recibe con amor y restaura la relación con Él (nos aplica kintsugi)
¡Cuán misericordioso es Dios! Hoy nos invita a examinarnos; nos recuerda que Él conoce nuestro corazón y nuestros pensamientos; si hay camino de perversidad; y nos guía hacia camino eterno. (Salmos 139:23-24).
Feliz viernes, y Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Fuente de refer: Nuestro pan diario).
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