Sábado 13.5.17
Mateo 15:27-28 “Y ella dijo: Sí, Señor, más los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: ¡Oh mujer, grande es tu fe! Sea hecho contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora” .
Aquí hay un fuerte clamor de una madre que ruega a Jesús por un milagro. El Maestro le dice que Él ha venido a los hijos de Israel, no para los demás (esta madre no era israelita, era sirofenicia)… Pero ella mostró perseverancia y fe.
Esta mujer pudo haberse sentido ofendida, pero a pesar de todo, continuó clamando por su hija; ella perseveró por el milagro. En Dios se puede confiar. Nunca renuncies, ni te sueltes de Su mano... Él hará maravillas para ti y para tu casa. Fortalece tu fe, confía en el Señor hasta el final.
Jesús exaltó la fe de esta madre, y le dijo: “grande es tu fe”. Una fe grande es la que confía y ama al Señor, aún en los momentos más difíciles.
Jesús le dijo: “hágase contigo como quieres” y su hija recibió el milagro. ¿Qué deseas para ti, para tus hijos? El pasaje dice: “y su hija fue sanada desde aquella hora”. Una fe que persevera, verá la obra poderosa de Jesús!
Los hijos de Dios no se rinden, aunque las tinieblas intenten dañarles.
Cree y dile al Señor confiado: Yo y mi casa te servimos, y te serviremos!
Dios te bendiga!
Wilda.
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