viernes, 12 de mayo de 2017

"Por qué no nos atrevemos a confiar"

La lectura base de hoy está en Lucas 5.1-11, la cual nos habla sobre "La Pesca Milagrosa".  Esta relata cuando Jesús compartía la Palabra desde la barca de Simón, y al pedirle que se alejara un poco de la orilla, le dio instrucciones de echar las redes para pescar. A pesar de que toda la noche lo habían intentado sin resultados.  Habiendo obedecido, encerraron gran cantidad de peces. Al ver este gran prodigio, Simón Pedro, cae de rodillas ante Jesús, diciéndole: "Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador… A lo que Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres"…

En el Mar de Galilea, el mejor momento del día para pescar había pasado horas antes, por lo que los pescadores estaban limpiando sus redes en la orilla. Pero, a petición del Maestro, uno echó sus redes al agua; y la recompensa, por la confianza, rompió récord —y además su red.

Como creyentes, también debemos vencer nuestras dudas, y obedecer con valentía a Dios. Pero, a veces, confiamos en nuestras habilidades para decidir si vamos a confiar o no en Él. Quizás lo que el Señor nos esté pidiendo no parezca razonable. Por ejemplo, el principio del diezmo va en contra de la prudencia humana, pero cuando damos a Dios una décima parte de nuestros ingresos, Él hace que el 90% restante rinda más de lo que podría lograr el 100%.

En otras situaciones, vacilamos en confiar en el Señor porque nuestro conocimiento o experiencia contradicen su plan. Toda la experiencia de Pedro indicaba que la pesca después de cierta hora sería inútil. A veces, Dios desafía a los creyentes a actuar, aun cuando no entiendan cómo podrán tener éxito.

Escuchar opiniones es otro obstáculo de la fe. Hay un tiempo para buscar el consejos, pero cuando el Señor hace clara su voluntad debemos actuar. Ninguna opinión importa más que la del Señor, quien no comete errores al presentar su plan.

La próxima vez que tenga dudas, no piense en la razón. Ora para superar el obstáculo de tu fe, y siga adelante, sabiendo que Dios bendice a los que le obedecemos.

(De Encontacto.org)

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