Dgo. 5/3/17
Isaías 55:10-12 "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de ustedes, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso".
Con razón el apóstol Pablo dijo, en su carta a Timoteo (2 Tim.3:16), que la Escritura (toda) es útil para enseñar, redargüir, corregir, e instruir en justicia; por lo tanto, nunca volverá vacía, ya que en alguno de esos tópicos te tocará.
Pablo también instruyó a Timoteo (y lo hace hoy a nosotros), a guarda lo encomendado, y a evitar las pláticas sobre cosas vanas, así como los argumentos falsos (1 Tim. 6:20).
Isaías lo presenta de una forma un tanto poética: como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir... así será Su palabra: nunca retornará vacía y dará frutos.
Esos frutos harán que hasta los árboles del campo aplaudan.
Escudriñemos las Escrituras; en ellas hay vida eterna; y además son las que dan testimonio de Cristo (Juan 5:39).
Dios te bendiga y feliz domingo!
Wilda.
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