Meditación 7.3.17
Nehemías 6.15-16
" Fue
terminado, pues, el muro, el 25 del mes de Elul, en 52 días. Y cuando lo oyeron
todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de
nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había
sido hecha esta obra".
Las
distracciones tienen el potencial para desviarnos de nuestro objetivo. Los
chismes. Las críticas. La presión económica. Los problemas de salud. Los
conflictos. Los deseos. La admiración de los demás. Cualquiera de estas cosas
puede hacer que nos alejemos del plan perfecto de Dios. Pero la Biblia nos da
un modelo a imitar (Nehemías 4.1–6.16). Nehemías nos enseña el valor de:
El
propósito claro. Nehemías temía al Señor, y se aplicó conscientemente a hacer el
trabajo que Dios le había asignado. No tenía una mente dividida. Al
fijar nuestra atención únicamente en el plan de Dios, nuestra mente se
mantendrá fija en el objetivo, sin importar las dificultades.
La
obediencia. El
Señor quiere mostrarnos su favor; su bendición estará siempre con nosotros
si somos obedientes a Él. Esta conciencia debe darnos confianza en los
tiempos difíciles, como sucedió con Nehemías.
La
responsabilidad. El rey quería informes de seguimiento de lo que Nehemías estaba
haciendo. Un día estaremos ante Jesús, nuestro Rey, y daremos cuenta de cómo
usamos nuestros recursos y dones (1 Corintios 3.12-15).
La
perseverancia en nuestra vida de oración. Cuando los israelitas eran
ridiculizados, no podían hacer nada para detener las burlas de sus oponentes.
Por eso, Nehemías oraba, y el pueblo recibía fuerzas para continuar.
Cuando el complot se agravó, Nehemías y sus compañeros de trabajo clamaron a
Dios, quien no solo dio discernimiento a su pueblo, sino que también frustró
los planes de los enemigos.
Nehemías
acabó el ambicioso proyecto en solo 52 días. Cuando seguimos su ejemplo,
Dios puede hacer grandes cosas en y a través de nosotros.
(De Encontacto.org)
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