Meditación 8/2/17
Lucas 10.27 "Aquél,
respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti
mismo".
El Señor nos creó para vivir apasionadamente para Él. De ese modo, disfrutamos de las bendiciones de una relación personal con Dios. Pero hay otros beneficios, también. Así como el calor y la hermosura de una llama atraen a las personas a la chimenea, Dios utiliza también nuestra pasión por Él para atraer a otros.
Por tanto, no solo por nuestro propio bien, sino también por el bien de los demás, debemos tener cuidado de no dejar que nuestro fervor a Dios se debilite. Felizmente, el Espíritu Santo nos inquieta cuando comenzamos a dirigirnos en la dirección equivocada. Si usted siente que este es su caso, puede dar varios pasos para volverse hacia Él.
1: Evalúe su condición espiritual; pregúntele a Dios si su fuego se ha reducido.
2: Reconozca cualquier distancia que se haya permitido poner entre usted y el Padre celestial, y arrepiéntase.
3: Enfoque su atención en Jesús; medite en la forma que Él enseña a sus seguidores a vivir.
Consagre tiempo a leer la Biblia y pídale al Señor que le hable por medio de su Palabra. Ore utilizando palabras sencillas, clamando a Él con fervor y buscando el rostro del Señor.
4: Confíe en que el Espíritu Santo le guiará a tener otra vez una relación estrecha con el Padre celestial.
5: Ame y sirva a Dios adorándole y alcanzando a los demás.
¿Qué es lo que ocupa su tiempo y su atención? ¿Tienden sus pensamientos y su conversación a girar en torno a temas mundanos o a las cosas de Dios? Si su fuego por Cristo se ha reducido, tome las medidas necesarias para renovar su pasión. Vivir en estrecha relación con Él, bien vale cualquier esfuerzo y disciplina.
(De Encontacto.org)
El Señor nos creó para vivir apasionadamente para Él. De ese modo, disfrutamos de las bendiciones de una relación personal con Dios. Pero hay otros beneficios, también. Así como el calor y la hermosura de una llama atraen a las personas a la chimenea, Dios utiliza también nuestra pasión por Él para atraer a otros.
Por tanto, no solo por nuestro propio bien, sino también por el bien de los demás, debemos tener cuidado de no dejar que nuestro fervor a Dios se debilite. Felizmente, el Espíritu Santo nos inquieta cuando comenzamos a dirigirnos en la dirección equivocada. Si usted siente que este es su caso, puede dar varios pasos para volverse hacia Él.
1: Evalúe su condición espiritual; pregúntele a Dios si su fuego se ha reducido.
2: Reconozca cualquier distancia que se haya permitido poner entre usted y el Padre celestial, y arrepiéntase.
3: Enfoque su atención en Jesús; medite en la forma que Él enseña a sus seguidores a vivir.
Consagre tiempo a leer la Biblia y pídale al Señor que le hable por medio de su Palabra. Ore utilizando palabras sencillas, clamando a Él con fervor y buscando el rostro del Señor.
4: Confíe en que el Espíritu Santo le guiará a tener otra vez una relación estrecha con el Padre celestial.
5: Ame y sirva a Dios adorándole y alcanzando a los demás.
¿Qué es lo que ocupa su tiempo y su atención? ¿Tienden sus pensamientos y su conversación a girar en torno a temas mundanos o a las cosas de Dios? Si su fuego por Cristo se ha reducido, tome las medidas necesarias para renovar su pasión. Vivir en estrecha relación con Él, bien vale cualquier esfuerzo y disciplina.
(De Encontacto.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario