Jueves 15/12/16
Salmos 119:161-168 "Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus palabras. Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo. Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios. Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he esperado, oh Jehová, y tus mandamientos he puesto por obra. Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera. He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti".
Aquí el salmista escribe sobre un tesoro más valioso que el oro y el cristal de roca: «Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos» (vs.162). Él sabía cuán valiosas son para nosotros las instrucciones y las promesas de Dios; por eso, las comparó con el gran tesoro que le queda a un conquistador tras una victoria.
El tesoro del cual habla el salmista lo tenemos en nuestras manos: día tras día, podemos cavar en las Escrituras y descubrir diamantes de promesas, rubíes de esperanza y esmeraldas de sabiduría. Pero lo más hermoso que podemos hallar es la Persona a quien apunta este libro: Jesús... Él es su Autor.
Como afirmó el salmista: esas leyes son su tesoro; son el deleite de su corazón.
Al Señor que nos ayude a disfrutar cada día el tesoro de Su Palabra!
Dios te guarde y bendiga hoy!
WMV
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