viernes, 29 de enero de 2016

"El Poder Protector del Discernimiento"

MEDITACIÓN 29.1

2 Pedro 3.14-18 "Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén."

El discernimiento espiritual nos protege del engaño. El pecado se disfraza para parecer tentador y atractivo; si pensamos que lo que se ve y se siente bien tiene que ser bueno, entonces estamos en peligro de ser engañados por el enemigo. Cuando Satanás nos tienta, nunca menciona las consecuencias o efectos negativos.

Discernimiento espiritual es la capacidad que nos ha dado Dios para juzgar lo que es bueno o malo.

Nos protege del sufrimiento que acompaña a la desobediencia. No hacer caso a la agitación que se produce en nuestro espíritu —a la que llamo “estática espiritual”— es un paso en la senda del pecado. Cuando buscamos una estación de radio, queremos una recepción clara. Lo mismo sucede en nuestra vida. Necesitamos tener una clara conexión con el Espíritu Santo para tener paz, y seguridad de que estamos haciendo lo correcto, alineados con la voluntad de Dios.

A veces, una oportunidad nos parece inofensiva o atractiva. Pero si el Espíritu Santo nos envía una señal de alto, no nos aventuremos; por alguna razón, Dios no quiere que sigamos adelante. Y aunque podemos especular, es posible que nunca sepamos qué peligro evitamos por haber sido obedientes.

El pecado no parece, al comienzo, la horrible y engañosa desobediencia que es; por el contrario, viene envuelto en un paquete bonito que es difícil resistir. Los hijos de Dios pueden ver más allá del brillo y de la belleza falsa si deciden escuchar al Señor. Esta sabiduría espiritual solo viene de un corazón limpio y de un espíritu de discernimiento.

Un creyente inteligente es aquel que hace de la oración, del arrepentimiento y de la capacitación bíblica, parte regular de su vida.
(De Encontacto.org)

#Cristo.Camino.Verdad.Vida

(TPSH 16.10.22)

jueves, 28 de enero de 2016

"La Necesidad de Discernimiento Espiritual"

MEDITACIÓN 28.1

Filipenses 1.3-10 "Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de ustedes, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo, por su comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; como me es justo sentir esto de todos ustedes, por cuanto los tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos son participantes conmigo de la gracia. Porque Dios me es testigo de cómo les amo con el entrañable amor de Jesucristo. Y esto pido en oración, que su amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo"

Las cosas no son siempre lo que parecen en la trama de las novelas de misterio y programas de televisión. Sin embargo, algunas veces, nos enseñan a ser prudentes en la vida. Hay muchas personas que toman decisiones basadas en sentimientos, o que juzgan situaciones basándose en lo que parece ser verdad. El Señor nos ha dado a todos los creyentes un espíritu de discernimiento para que podamos determinar qué es lo mejor.

Piense en cuántas decisiones tiene que tomar una persona cada día —en cuanto a familia, finanzas, trabajo, etc. Lo ideal sería que la decisión fuera claramente correcta o incorrecta. Como resultado, elegir sería fácil. En realidad, lo que parece correcto no siempre es lo mejor. Algunas cosas no son malas ni pecaminosas, pero están fuera de la voluntad de Dios para nosotros.

La Biblia no contiene directrices específicas sobre cada escenario posible de la vida, pero sí está llena de principios establecidos en su momento por medio de historias y de enseñanzas directas. Los creyentes tenemos la capacidad de crecer en madurez espiritual, de modo que los principios bíblicos, junto con la guía del Espíritu Santo, se convierten en herramientas para tomar decisiones guiadas por Dios. Lo importante no es si una determinada elección se ve o se siente bien, sino si es o no es la voluntad del Señor.

Un espíritu bien desarrollado de discernimiento es esencial para vivir dentro de la voluntad de Dios. Sin esta sensibilidad al plan del Señor, el hombre o la mujer aceptan las cosas sin verlas tal como son. Por esa razón, debemos evaluar las situaciones desde una perspectiva bíblica.
(De Encontacto.org)

#Cristo.Camino.Verdad.Vida

miércoles, 27 de enero de 2016

"Cómo Vencer la Inseguridad"

MEDITACIÓN 27.1
Romanos 8.33-39  "¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito:  Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro."

No hay soluciones instantáneas para vencer la inseguridad, por lo tanto es necesario:
1ero. Reconocer que nos sentimos inseguros.
2do. Identificar qué circunstancias generan esos sentimientos.
3ero. Decidir vencer ese estado mental.

“Deslizarnos” hacia la seguridad es imposible; tenemos que esforzarnos para lograrla.

Sentir seguridad es más que mejorar la autoestima. Jesucristo es nuestra verdadera fuente de fortaleza y confianza. Si tratamos de vencer la inseguridad sin Él, simplemente la estaremos ocultando con nuestros esfuerzos.
La manera como nos vemos no es necesariamente la manera como somos en realidad. Más bien, tenemos que preguntarnos cómo nos ve el Señor. Para quitar nuestra atención de nosotros y de nuestros errores, tenemos que ir a la Palabra de Dios. Por tanto, para vencer la inseguridad tenemos primero que enfrentar cualquier duda que tengamos con la ayuda de la Biblia.

Ella es tan efectiva, que cuando leemos lo que Dios dice acerca de nosotros, nuestros pensamientos comienzan a cambiar, y somos capaces de abandonar la destructiva manera de pensar que nos produce inseguridad.

Para continuar con el proceso, concéntrese en las cualidades positivas de su vida. Tome papel y lápiz, y pídale al Señor que le guíe para hacer una evaluación sincera de sus cualidades. Se sorprenderá de lo que Dios le mostrará. Pero es importante que no se fije en las capacidades de los demás para comparar las suyas.
Nadie es como usted, y por eso es absurdo hacer comparaciones. Nuestra tarea es seguir a Jesús de la manera que Él nos llama individualmente; por consiguiente, podemos mirarlo y sentir seguridad. 
(De Encontacto.org)
#Cristo.el.Camino.la.Verdad.y.la.Vida

martes, 26 de enero de 2016

"La Mina Destructiva de la Inseguridad"

MEDITACIÓN 26.1

Salmos 40.1-5 "Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados."

Es posible que la inseguridad no nos parezca tan destructiva como el orgullo, la envidia o los celos, pero también puede ser muy peligrosa. La persona que habitualmente se siente insegura puede terminar muy afectada. Los sentimientos de inseguridad pueden desarrollarse a raíz de tragedias, como la pérdida de los padres en la niñez, o crecer en un ambiente violento. A veces nos sentimos inseguros por fracasos que hemos experimentado.

Cualquiera que sea la causa de nuestra inseguridad, los efectos son siempre los mismos. Podemos sentirnos indecisos porque nuestro temor de tomar decisiones equivocadas nos lleva a evitar tomar decisiones del todo. A veces nos cuesta establecer relaciones duraderas porque creemos que no seremos buenos amigos. O podemos mantener distancia de los demás por temor al rechazo; pero la gente, con frecuencia, percibe esto como orgullo o engreimiento.

Tarde o temprano, nos convertiremos en críticos de los demás. Al mismo tiempo, podemos llegar a caer en la trampa de creer que el éxito depende de la aceptación de los demás. La verdad es que Dios tiene una senda especial para cada vida, en la que el éxito no puede medirse por la alabanza humana.

La inseguridad no es algo que podemos confesar y con eso ser libres. Más bien, es un mal que debe ser confrontado por un largo tiempo, y finalmente tomar la decisión de confiar en lo que Dios dice acerca de nosotros, no en lo que el enemigo nos susurra.

Mañana veremos cómo Dios hace que recuperemos nuestra seguridad.
 (De Encontacto.org)

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miércoles, 20 de enero de 2016

"Cómo Desarrollar Nuestras Convicciones"

MEDITACIÓN 20.1

Jeremías 17.5-8 "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto."

La bellota necesita nutrientes y tiempo para convertirse en un árbol grande y resistente. Asimismo, las personas desarrollamos convicciones sólidas mediante el estudio dedicado de la Biblia y la oración. ¿Está usted listo para plantarse firmemente en la verdad bíblica? He aquí cómo hacerlo.

Haga una lista de los asuntos en los que necesita formarse una convicción. Estas son algunas preguntas que le ayudarán a comenzar:
1. ¿Considera a la Biblia verdadera y confiable?
2. ¿Cree que Jesucristo es el único camino para ser salvo?
3. ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo? 
4. ¿Debemos perdonar a los demás en todas las situaciones?
5. ¿Cómo deben ver los cristianos el dinero?
6. ¿Cuál es su propósito en la vida?
7. ¿Cuál es su papel en la iglesia local y en su trabajo?
8. ¿Qué piensa con respecto a la homosexualidad, el aborto y el racismo?

Mi esperanza es que estas preguntas le ayuden a reflexionar en cuanto a sus filosofías personales.

Si hay algo que necesita cambiar, estudie la Biblia, y haga de la Palabra de Dios la base de su pensamiento.

Una concordancia le llevará a los pasajes bíblicos que tienen que ver con los temas antes mencionados. Evalúe lo que dice la Biblia, en vez de ver cualquiera de esos asuntos con el lente de su opinión personal.

Después de saber lo que Dios dice, tome la decisión de creerle y vivir de acuerdo con sus preceptos (Stgo. 1.6).

Arráiguese en la Palabra de Dios, y sea llamado uno de sus robles de justicia.
(De Encontacto.org)

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martes, 19 de enero de 2016

"Nuestras Convicciones son Nuestra Defensa"

MEDITACIÓN 19.1
Romanos 14.20-23 "No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado."

La persona con convicciones ha sido convencida, ya sea por pruebas o por argumentos, de que sus creencias son verdaderas. Hoy día, la mayoría de las personas prefieren vivir más por preferencias que por convicciones. Deciden creer algo basándose en ciertas condiciones y circunstancias. Cuando la situación cambia, también cambia su lealtad. Es decir, mucha gente vacila en asuntos que requieren una determinación firme.

Compare esta actitud con el modo de pensar de los grandes hombres y mujeres de la Biblia. A pesar de muchos años de trato injusto, José nunca vaciló en su lealtad a los principios divinos. Como resultado, se encontró en el lugar correcto en el momento adecuado para ocuparse de la supervivencia de Israel (Génesis 50.20).

Daniel, otro hombre justo en una tierra idólatra, se ganó la confianza de reyes extranjeros por permanecer firme en sus creencias  (Daniel 1.19, 20). Cuando sus amigos Sadrac, Mesac y Abed-nego se negaron también a sacrificar sus convicciones, influyeron sobre un rey que terminó reconociendo a Jehová como el único Dios verdadero.

Como lo demuestran estos héroes de la Biblia, las convicciones sólidas pueden soportar los vientos cambiantes de las opiniones y los argumentos elocuentes de los opositores. Si nos aferramos a la Palabra de Dios y confiamos en lo que el Señor ha dicho, podremos mantenernos firmes.

En vez de seguir sus propias preferencias, decida vivir de acuerdo con convicciones santas. La Biblia tiene mucho que decir en cuanto a los aspectos más importantes de su vida. Mediante la oración y el estudio bíblico, permita que el Señor le arraigue firmemente en las convicciones bíblicas.

(De Encontacto.org)

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lunes, 18 de enero de 2016

"La Promesa de Vida Eterna"

MEDITACIÓN 18.1

1 Juan 5.5-12 "¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.

El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida."

Nuestra sociedad está obsesionada con la longevidad. Aunque el deseo de tener una vida larga y buena es natural, es también limitado. Si bien la Biblia nos exhorta a tener una vida consagrada a Él en el presente, también nos recuerda que los creyentes seguiremos viviendo mucho tiempo después de que este mundo ya no exista.

No hay píldora o dieta que pueda prolongar nuestros días sobre la Tierra más allá del número que el Señor ha dispuesto. Pero hay una manera de vivir para siempre en un hogar perfecto, con un cuerpo perfecto, haciendo lo que sacia al alma. Cuando creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, y confiamos en Él como nuestro Salvador, recibimos el regalo de la vida eterna.

Los creyentes tendrán toda la eternidad para servir al Señor y tener comunión con Él.

Aunque tenemos la promesa de un lugar en el cielo, la vida eterna no consiste en un lugar. El verdadero valor de tener un alma que jamás morirá es que estaremos siempre en la presencia de Dios.

Para aquellos que rechacen la oferta de vida eterna con el Señor, hay una alternativa llamada infierno. Las almas que terminan allí sufren un destino terrible: sufrimiento y separación total del Dios vivo.

Después de la muerte, no hay misericordia o gracia que pueda tender un puente entre el cielo y el infierno. El asunto debe arreglarse mientras estemos en la Tierra (Hebreos 9.27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio).

La vida eterna está asociada irrevocablemente con la persona de Jesucristo. 

Como escribió Juan: “El que tiene al Hijo, tiene la vida”. Llegar a la vejez con salud es un objetivo loable, pero nada es más importante que recibir al Salvador y el don de la eternidad en su presencia.

(De Encontacto.org)

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viernes, 15 de enero de 2016

"La Bendición de Dar"

MEDITACIÓN 15.1

1Timoteo 6.17-19 "A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna."

Cuanto más entendido sea alguien en una actividad, más la disfrutará. Por ejemplo, si una orquesta toca una hermosa composición, un buen músico la disfrutará más que una persona que no tenga el oído entrenado. Puede sorprenderle saber que lo mismo sucede con el dar.

Dios tiene muchas razones para pedirnos que demos...

Primero, al devolver una parte de nuestro dinero al Señor, estamos reconociendo que todo lo que tenemos le pertenece a Él (Salmos 50.10).

Segundo, dar es una manera de obedecer (Deuteronomio 16.17).

Tercero, cuando damos para un ministerio o para ayudar a los necesitados, participamos en la obra del reino, lo cual es motivo de alegría.

Cuarto, nuestra ofrenda le permite a Dios revelar su carácter; cuando mostramos generosidad, Él provee fielmente para nuestras necesidades y nos bendice con abundancia (2 Corintios 9.8).

El principio “no podemos superar a Dios en generosidad” es una gran verdad. Pero dar involucra más que nuestro dinero. Dios nos ha bendecido con talentos, tiempo, recursos y numerosas oportunidades para compartir con los demás. Es importante confiar en la guía del Espíritu Santo; así sabremos qué, a quiénes y cuánto debemos dar.

Recuerde que el Señor nos da constantemente salvación, consuelo, aliento, respiración, vida e innumerables bendiciones más. Estamos en deuda con Él, y por eso debemos darle, no por obligación, sino por gratitud y alegría (2 Corintios 9.7).

Pídale a Dios que le revele todo egoísmo o estorbo que le esté impidiendo dar —y que le ayude a ser un mejor dador. 
 (De Encontacto.org)

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miércoles, 13 de enero de 2016

"La Oración a la Manera de Dios"

MEDITACIÓN 13.1

Lucas 18.1-8 "También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?"

Nos gusta que las cosas sean sencillas: seguir algunos pasos, y alcanzar el resultado elegido. La oración, sin embargo, no puede ser reducida a una simple fórmula. No es una actividad estática, donde la repetición de ciertas palabras trae la solución deseada. Es una comunicación permanente con el Padre celestial que implica escuchar, hablar y actuar de acuerdo con lo que Él nos diga.

Dios ha prometido responder las oraciones de sus hijos, pero normalmente espera antes de respondernos, y lo hace por muchas razones.

Preparación. A veces, Dios tiene que prepararnos para que podamos recibir lo que quiere darnos. Podemos tener algunas actitudes o comportamientos fuera de su voluntad (Santiago 4.3). Él se ocupará de ellos antes de concedernos nuestra petición.

Crecimiento espiritual. El Señor puede usar la demora para poner a prueba nuestra fe o hacer más profunda nuestra relación con Él.

Momento oportuno. El cronograma de Dios normalmente no coincide con el nuestro. El Señor sabe lo que quiere lograr en nuestra vida espiritual y en nuestra relación con Él. Podemos confiar en que Dios hará buen uso del tiempo que hay entre nuestra petición y su respuesta.

Dios incluye la demora como parte de la vida de oración del creyente. En ciertas situaciones, tenemos que seguir clamando como lo hizo la viuda perseverante, antes de que Dios nos responda.

Jesús nos llama a “pedir, buscar y llamar” —un estilo de vida caracterizado por la confianza en la promesa de Dios de responder a sus hijos. ¿Qué tan perseverante es usted?

 (De Encontacto.org)

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martes, 12 de enero de 2016

"La Oración Bíblica"

MEDITACIÓN 12.1

Mateo 7.7-12 "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas."

Dios quiere que sus hijos pidan lo que está en sus corazones, porque Él se deleita en dar. Aun más, quiere tener comunión con nosotros. ¡Qué gozo podemos tener cada vez que nos reunimos con nuestro Padre celestial mediante la oración!

El privilegio de la oración se basa en la relación que tenemos con Dios por medio de su Hijo Jesucristo. Solo quienes somos parte de la familia de Dios podemos decir que Él es nuestro Padre (Juan 1.12), y recibir respuesta a la oración. Él no promete esto a los incrédulos. La única excepción es el pecador que pide perdón y recibe a Jesucristo como su Salvador y Señor. Su oración siempre es respondida con la salvación, conforme a su promesa (Romanos 10. 9).

En el Sermón del monte, Jesús usa 3 verbos para describir la oración: pedir, buscar y llamar. Note la progresión en la intensidad: petición, búsqueda y acción. La oración es más que presentar peticiones a Dios. Implica buscar que su voluntad guíe nuestras súplicas. Significa “tocar la puerta” explorando diferentes soluciones, y recibir el consejo piadoso para ayudarnos a determinar el sentir de nuestro Señor. Jesucristo prometió que recibiremos y encontraremos, y que Dios nos abrirá la puerta. Tenemos su garantía de que el Señor responderá, y lo que Él hace es bueno.


Orar es sencillo, pero a veces nos resulta difícil hacerlo. Tratamos diferentes métodos, pero a menudo nos sentimos insatisfechos, y nos preguntamos si nuestras oraciones están teniendo algún efecto. Pídale al Señor que le enseñe más acerca de la oración bíblica. Ponga en práctica lo que aprenda, ¡y espere su respuesta con confianza!
(De Encontacto.org)

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lunes, 11 de enero de 2016

"Una Lección Sobre la Poda"

Y luego de nuestras vacaciones...Retornamos a nuestras labores. 
con tu MEDITACIÓN para 11.1.2016

Juan 15.1-4 Jesús dijo: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí."

Hace algunos años viví en Fruitland, Carolina del Norte. Era una región manzanera, y varios de mis feligreses eran agricultores. Una vez me detuve a visitar a uno de ellos, y su esposa me dijo que él estaba en la granja. Fui a verlo, y lo encontré cortando las ramas de uno de los árboles. Sin pensar, le dije: “¡Vas a matar a ese árbol!” Él se dio vuelta, y me dijo: “Pastor, encárguese usted de predicar, y déjeme a mí la poda”.

Este hombre y yo nos hicimos amigos, y fue él quien me enseñó el porqué de la poda. Para producir una cosecha abundante de la mejor fruta, tenía que cortar el árbol como lo hacía. Aunque podía parecer que el árbol iba a morir, era precisamente de las heridas de donde saldrían nuevos retoños. Nuestras pláticas me ayudaron a entender por qué el Señor actúa a veces como una operación de poda en la vida de las personas.

Para obtener una cosecha abundante de fruto espiritual, nuestro Padre celestial tiene que quitar todo lo que nos distraiga o desvíe de su servicio. El procedimiento es a menudo doloroso. Sé que he gritado: “¿Más, Señor?” cuando ha usado el “hacha” conmigo. Pero el resultado es siempre beneficioso; soy un mejor y más auténtico reflejo de Jesucristo después que Dios corta de mí un hábito carnal o una actitud mundana.


Ser amado por Dios no significa que seremos mimados; su interés principal no es que nos sintamos cómodos. El agricultor debe podar el manzano para lograr una cosecha abundante. Igualmente, Dios permite a veces que sintamos dolor para poder producir mayor crecimiento y más fruto espiritual en nosotros.
(De Encontacto.org)

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...