MEDITACIÓN 28.1
Filipenses 1.3-10 "Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de
ustedes, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo, por su comunión en el
evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el
que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo; como me es justo sentir esto de todos ustedes, por cuanto los tengo
en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del
evangelio, todos son participantes conmigo de la gracia. Porque Dios me es
testigo de cómo les amo con el entrañable amor de Jesucristo. Y esto pido en oración, que su amor abunde aun más y más
en ciencia y en todo conocimiento, para que aprueben lo mejor, a fin de que
sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo"
Las
cosas no son siempre lo que parecen en la trama de las novelas de misterio y
programas de televisión. Sin embargo, algunas veces, nos enseñan a ser
prudentes en la vida. Hay muchas personas que toman decisiones basadas en
sentimientos, o que juzgan situaciones basándose en lo que parece ser verdad. El Señor nos ha dado a todos los creyentes un espíritu de
discernimiento para que podamos determinar qué es lo mejor.
Piense
en cuántas decisiones tiene que tomar una persona cada día —en cuanto a
familia, finanzas, trabajo, etc. Lo ideal sería que la decisión fuera
claramente correcta o incorrecta. Como resultado, elegir sería fácil. En realidad, lo que parece correcto no siempre es lo
mejor. Algunas cosas no son malas ni pecaminosas, pero están fuera de la
voluntad de Dios para nosotros.
La Biblia no contiene directrices específicas sobre cada
escenario posible de la vida, pero sí está llena de principios establecidos en su momento por medio de historias y
de enseñanzas directas. Los creyentes tenemos la
capacidad de crecer en madurez espiritual, de modo que los principios bíblicos,
junto con la guía del Espíritu Santo, se convierten en herramientas para tomar
decisiones guiadas por Dios. Lo importante no es si una determinada
elección se ve o se siente bien, sino si es o no es la voluntad del Señor.
Un espíritu bien desarrollado de discernimiento es esencial para
vivir dentro de la voluntad de Dios. Sin
esta sensibilidad al plan del Señor, el hombre o la mujer aceptan las cosas sin
verlas tal como son. Por esa razón, debemos evaluar
las situaciones desde una perspectiva bíblica.
(De Encontacto.org)
#Cristo.Camino.Verdad.Vida
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