Y luego de nuestras
vacaciones...Retornamos a nuestras labores.
con tu MEDITACIÓN para 11.1.2016
Juan
15.1-4 Jesús dijo: "Yo
soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no
lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que
lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto
por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí."
Hace
algunos años viví en Fruitland, Carolina del Norte. Era una región manzanera, y
varios de mis feligreses eran agricultores. Una vez me detuve a visitar a uno
de ellos, y su esposa me dijo que él estaba en la granja. Fui a verlo, y lo
encontré cortando las ramas de uno de los árboles. Sin pensar, le dije: “¡Vas a
matar a ese árbol!” Él se dio vuelta, y me dijo: “Pastor, encárguese usted de
predicar, y déjeme a mí la poda”.
Este
hombre y yo nos hicimos amigos, y fue él quien me enseñó el porqué de la poda.
Para producir una cosecha abundante de la mejor fruta, tenía que cortar el
árbol como lo hacía. Aunque podía parecer que el árbol iba a morir, era precisamente
de las heridas de donde saldrían nuevos retoños. Nuestras pláticas me
ayudaron a entender por qué el Señor actúa a veces como una operación de poda
en la vida de las personas.
Para
obtener una cosecha abundante de fruto espiritual, nuestro Padre celestial
tiene que quitar todo lo que nos distraiga o desvíe de su servicio. El procedimiento
es a menudo doloroso. Sé que he gritado: “¿Más, Señor?” cuando ha usado
el “hacha” conmigo. Pero el resultado es siempre
beneficioso; soy un mejor y más auténtico reflejo de Jesucristo
después que Dios corta de mí un hábito carnal o una actitud mundana.
Ser
amado por Dios no significa que seremos mimados; su interés principal no es que
nos sintamos cómodos. El agricultor debe podar el
manzano para lograr una cosecha abundante. Igualmente, Dios permite a veces que
sintamos dolor para poder producir mayor crecimiento y más fruto espiritual en
nosotros.
(De Encontacto.org)
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