Hebreos 12.25-29
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no
escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la
tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde
los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra,
pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la
tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una
vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que
queden las inconmovibles. Así que, recibiendo
nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos
a Dios agradándole con temor (obediencia) y reverencia; porque
nuestro Dios es fuego consumidor.”
Las noticias de televisión están, con frecuencia, llenas de
entrevistas e imágenes de personas que han sufrido una tragedia
inimaginable. Un día nos muestran a los sobrevivientes de un tornado cuyas
viviendas fueron destruidas.
Otro día, podemos ver inundaciones impresionantes
que barren a una comunidad. De vez en cuando, podemos, incluso, ver casas que
son tragadas por completo por un terrible terremoto. Las expresiones en los
rostros de quienes han sufrido pérdidas pueden ser angustiantes.
Pérdidas como éstas siempre llaman nuestra atención hacia la
fragilidad de las cosas que más apreciamos, como nuestros hogares, nuestras
familias y nuestros trabajos.
Pero, en un mundo que parece muchas veces estar sacudiéndose
y desmoronándose, los creyentes en Jesucristo tenemos el privilegio de
anunciar que existe algo estable, algo que es completamente seguro.
Hay una roca sobre la que podemos mantenernos, y que no puede ser
sacudida. Ese fundamento inconmovible es, por supuesto, el Dios Todopoderoso.
El Señor nos da también otras verdades seguras. Podemos confiar
en que la Sagrada Escritura es su verdad inmutable y relevante para todos los
tiempos. Podemos depender para siempre de una relación eterna con Él por
medio de su Hijo. Y podemos tener la seguridad de que quienes
ponen su fe en Jesucristo les espera un hogar eterno en el cielo.
Podemos tener estabilidad, aun en este mundo inestable.
¿Tiene usted alguien en su vida que necesita conocer esta
buena noticia —alguien desesperado? No espere; dígale esta buena noticia hoy
mismo.
(De Encontacto.org)
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