MEDITACIÓN 12.8
Lucas 6.46-49
“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor,
y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a
mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante
es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre
la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella
casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas
el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra,
sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue
grande la ruina de aquella casa.”
Dios tiene maneras de sacudir al mundo. Literalmente, causó
un temblor cuando Jesús murió en la cruz, y Hebreos 12.26
describe un tiempo en el futuro cuando el mundo experimentará una demostración
semejante de su poder y su presencia.
Asimismo, Dios permite hoy que los fundamentos de nuestro
mundo sean sacudidos, ya sean las alianzas políticas, los sistemas
financieros u otras formas de seguridad humana. Entonces podemos ver la
fragilidad de las estructuras en las que hemos basado nuestras esperanzas.
Las personas también son sacudidas cuando una familia
experimenta una crisis, o un matrimonio comienza a deshacerse. Si hemos
construido sobre los frágiles cimientos de la sabiduría humana, del orgullo y
del amor condicional, las cosas pueden parecer estar bien durante un tiempo,
pero colapsarán cuando golpee la tormenta.
Aunque la adversidad nos afecta a todos, podemos tener paz
al saber que Dios siempre tiene un propósito mayor cuando permite trastornos en
nuestro mundo. Los tiempos difíciles pueden sacarnos de la apatía,
recordándonos que no debemos confiar en nosotros mismos o en las cosas de
este mundo. Hay solo un fundamento seguro: una relación profunda y genuina
con Jesucristo, quien estará con nosotros en todas las turbulencias.
No basta con que disfrutemos de la seguridad de saber que
nuestra “casa” está construida sobre un fundamento sólido. Como
embajadores de Dios en la Tierra, tenemos la responsabilidad de extender su
compasión a las personas cuyas vidas se están derrumbando.
(De Encontacto.org)
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