MEDITACIÓN 27.8
Isaías 41.10-11
“No temas, porque yo estoy
contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré,
siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He
aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos;
serán como nada y perecerán los que contienden contigo.” ( Y a esto yo quiero decir Aleluya!!!)
Ayer vimos que Dios desea que alcancemos las metas que Él
tiene para nuestra vida. Pero tenemos también un enemigo, a quien le
encantaría impedir nuestro bien.
La Biblia identifica factores que pueden impedir el éxito, entre
los que están el temor, la duda, las excusas, la indecisión y la negligencia.
Saber cuáles son los obstáculos, ayudará a vencerlos.
• Primero, cuando tenemos temor, ya
sea de fracasar, de ser criticados o rechazados, o de alguna otra cosa, nuestro
punto de atención cambia de Jesús a lo que queremos evitar. Ese temor puede
convertirse en una atadura. El antídoto es volver a enfocarnos en el
Señor.
• Segundo, la duda es la falta de
seguridad de que Dios nos ayudará a vencer. Las derrotas del pasado, las
influencias negativas y la ignorancia acerca de su Palabra, pueden hacernos
fracasar.
• Tercero, las excusas es el
intento por hacer a la desobediencia más aceptable. “No tuve las oportunidades
que tuvieron otros”, “mis padres no me enseñaron bien”, y “estoy demasiado
ocupado”, son justificaciones falsas, como fue el intento de Adán de
culpar a Eva por su mala decisión.
• Cuarto, postergar una acción
también impide el éxito. Y relacionada con ella, hay un quinto obstáculo: la
negligencia. Esta desagradable conducta impide que alcancemos el
propósito de Dios.
(De Encontacto.org)
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