viernes, 22 de mayo de 2015

“Cómo Superar el Odio y el Resentimiento”

Meditación 22.5

Lectura bíblica en Efesios 4.31-32 “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

Una de las actitudes más destructivas —si no la más destructiva— que puede exhibir un cristiano es el odio. ¿Cómo puede la luz salvadora de Jesucristo brillar en una vida que esté cubierta por odio, ira y malevolencia? ¿Y qué imagen de Cristo proyecta este tipo de persona al mundo incrédulo?
El odio es una falla absoluta en la actitud cristiana que estamos llamados a demostrar. Sin embargo, incluso en las iglesias, no es difícil encontrar personas que rebosan de hostilidad. ¿De dónde viene esto? Una de las razones clave para que los creyentes sean tan propensos al odio es su incapacidad de perdonar a quienes los han herido —especialmente cuando ese trato fue inmerecido.
Tomemos un ligero “examen de odio”. Piense en alguien que le hirió en el pasado, y considere . . .
1. ¿No puede librarse del recuerdo de alguien? Si ( )  No ( )
2. ¿Repite en su mente la escena una y otra vez?  Si ( )  No ( )
3. ¿No puede desearle bien a alguien en particular? Si ( )  No ( )
4. ¿Desea realmente lo mejor para alguien que le hirió?  Si ( )  No ( )
5. ¿Desea que esa persona sufra lo mismo que usted?  Si ( )  No ( )
6. ¿Desea -en su interior- que esa persona sufra el mismo dolor que usted? Si ( )  No ( )

Si has respondido con algún sí, estas preguntas te están revelando algún rencor oculto en tu corazón.

No termines este examen sin volver a leer y meditar en Efesios 4.31-32

Lea el pasaje en voz alta. Personalizarlo en una oración, y deja que el Espíritu Santo de Dios limpie tu corazón de odio, dándole el poder para perdonar una vieja herida. (De Encontacto.org)

Si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas (Mateo 6:15

Dios es bueno, perdonador, y grande en misericordia para con todos los que le invocan (Salmos 86:5)

Dios te bendiga, y te ayude a entender que perdonar hace falta en tu vida.

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