Meditación 25.5
Lectura bíblica
en Salmos 37.1-8 “No te impacientes
a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán. Confía
en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la
verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones
de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y
él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. Guarda
silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con
motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Deja
la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer
lo malo.”
El pasaje de hoy promete, “[Jehová] te concederá las peticiones de tu corazón”.
Pero también menciona 3 requisitos para esa
promesa: tenemos que: 1. Deleitarnos en el
Señor, debemos: 2. Confiar en su plan, y
necesitamos: 3. Descansar en Él. Descansar en el
Señor es una de las tareas más difíciles que debemos acometer.
Descansar puede parecer
fácil, pero requiere confianza sobrenatural, ya que por nuestra debilidad
humana, tenemos la tendencia a inquietarnos. La ansiedad quita de nuestra mente
el gozo y la confianza en el Señor. Los tres requisitos están relacionados
entre sí. Debemos pasar tiempo con Dios para
aprender a confiar en Él y encomendarle nuestro camino; y entonces,
descansar y deleitarnos realmente en Él.
Esperar con paciencia que el
Señor actúe es una de las pruebas más difíciles de nuestra madurez espiritual.
Cuanto más fuerte es nuestro deseo, más corto es nuestra mecha para que se
produzca el estallido.
A veces, queremos desesperadamente darle a Dios un
cronograma, pero el descanso inquebrantable se
encuentra solo en su agenda. Solamente Él
entiende cada circunstancia y conoce el momento preciso cuando su
respuesta a nuestra oración producirá el máximo beneficio. Corremos el riesgo de cosechar frustraciones, pérdidas y
dolor cada vez que nos adelantamos a su divino plan.
Antes de levantarse de la
cama: Ore de la siguiente manera:
Padre,
quiero darte gracias por concederme los deseos de mi corazón. Hoy, voy a
deleitarme en ti,
A encomendarlo todo a ti,
Y a descansar en el conocimiento de
que tienes todo bajo control.
(De Encontacto.org)
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