Meditación 13.2
Ezequiel
36.25-28
“Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y
pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 8 Habitaréis
en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo
seré a vosotros por Dios.”
El
Señor quiere darnos un “corazón de carne” para que seamos obedientes y
sensibles a Él. Un corazón dócil que es tocado por el dedo de Dios, cede a la
presión y asume la forma que Él desea; al igual que un trozo de arcilla se
moldea a la forma que el alfarero determine.
Para
ayudar en este proceso, Dios ha enviado al Espíritu Santo a morar en cada
creyente, y para despertar su sensibilidad. Al ceder a los impulsos del
Espíritu Santo con pronta obediencia, el corazón se vuelve cada vez más tierno
y receptivo a su dirección. El Señor puede impartir mayor comprensión de su
Palabra a un corazón dócil, porque éste ha aceptado y obedecido fielmente las
enseñanzas anteriores.
Cualquier
resistencia a Dios dará como resultado el endurecimiento. Pero quienes están
acostumbrados a buscar intimidad con Cristo —que es el resultado de la sumisión
a Él— se apresurarán a enfrentar su pecado y a actuar en obediencia al Señor.
Las
personas con un corazón sumiso se mantienen estrechamente conectadas con la
iglesia de Cristo, buscando edificar su peregrinación de fe. Estas personas no
solo son receptivas a lo que Dios quiere decirles; también son dóciles, pues
están dispuestas a escuchar, e inclinadas a ser corregidas por los demás.
Esta
semana, cuando lea su Biblia y ore, deje que su corazón sea dócil ante las
palabras de Dios. Cuando Él toque cada área endurecida de su vida, escuche sus
instrucciones y confíe en el poder del Espíritu para ayudarle a ceder y
obedecer. Permita que Él le convierta en un vaso útil y hermoso. (De En
Contacto)
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