martes, 8 de abril de 2014

“El camino de la Independencia Espiritual”

Lectura bíblica en Lucas 15:11-24  (También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.)

Independencia espiritual significa vivir fuera de la voluntad de Dios, y elegir agradarnos a nosotros mismos.

Lamentablemente, los deseos pueden cegarnos. O bien queremos lo que no tenemos, o bien no estamos satisfechos con lo que sí tenemos. Nos exasperamos ante la invitación a negarnos a nosotros mismos para obedecer a Dios (Lucas 9.23). La satisfacción personal se convierte en una prioridad, exponiéndonos al engaño. El enemigo pinta un cuadro hermoso, pero falso, de cómo serán las cosas si simplemente se produce un cambio en nuestras circunstancias. Empezamos a creer la mentira de que la gratificación puede encontrarse en otra parte, y a olvidar la verdad de que nuestra vida está completa en Cristo (Efesios 1.3).

Cuando esta mentira nos influencia, es crucial que tomemos decisiones centradas en Cristo. A menos que filtremos nuestros deseos a la luz de la voluntad de Dios y nos aferremos a la verdad de que su gracia es suficiente (2 Corintios 12.9), tomaremos decisiones que parecerán buenas y que aparentarán ser inofensivas, pero nos apartaremos de la buena y perfecta voluntad de Dios. Durante un tiempo podemos encontrar placer en caminar fuera de su plan. Hacer lo que queremos en vez de lo que Dios quiere produce placer temporal, pero luego viene la desesperación y, muchas veces, el desastre.

No importa cuán lejos haya usted vagado espiritualmente, vuelva al Señor. Al igual que el padre en la historia del hijo pródigo, Dios espera darle una calurosa bienvenida. En Él, usted encontrará todo lo que necesita (Efesios 3.18, 19). (En Contacto.org)



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