Este salmo representa la oración de una persona que está pidiéndole a Dios que le traiga su favor y bendición sobre planes futuros. Normalmente oramos así: “Señor, que se haga tu voluntad en mi vida”. No está mal orar así, pero hay momentos en los cuales uno debe traerle los planes, las expectativas, los deseos y presentarlos al Señor -como ofrenda- y decirle: “Mira Señor, aquí te estoy trayendo estos planes, estos deseos que tengo; no sé si están bien delante de ti. En mi entendimiento creo estar en tu voluntad, así que quiero que los bendigas. Quiero que tu luz resplandezca sobre ellos!” Pienso que esta es una oración pertinente, y más para ahora que empezó un nuevo año; tiempo en el cual estamos pidiendo la bendición de Dios sobre nuestras vidas, familias, trabajos, amistades, etc.
Este año para muchos está empezando con el pie derecho; pero para otros está
empezando un poquito duro o difícil. Yo
no sé en cuál de los puntos se encuentra usted. Incluso hay personas que están todavía
en neutro…patinando en el hielo…que no saben cuándo se les va a derretir y
saldrán disparados.
Hablemos sobre el relato de Moisés. Dios
le dijo que fuera a liberar a su pueblo Israel.
Recuerde lo que dijo Moisés: “Ay, Señor, nunca he sido hombre de fácil
palabra...” Moisés justificaba que no
sabía hablar bien; y al parecer entendía no ser la persona que Dios tenía que
usar. Pero Dios le afirmó y dijo: “Quién fue el que le dio la boca al hombre?
Quién puede hacer al hombre mudo o que hable? Quién puede hacer al hombre ciego
o que vea? Quién puede hacer al hombre sordo o que oiga?... Dios puede
intervenir en cualquiera de las situaciones.
Piense en las distintas cosas que pasaron por la cabeza de Moisés. Ejemplo:
Cómo voy a regresar a enfrentar a faraón, que es como mi hermano, porque yo me
crié con él en el palacio? Cómo voy a entrar de nuevo a un lugar donde me están
buscando porque maté a alguien? Cómo tu quieres que yo haga cosa igual? Sin
embargo, ahí está la afirmación de Dios sobre él: “Yo soy el que está contigo. El que te va a
ayudar a hablar. El que te va a enseñar lo que tienes que decir. Soy yo el que
lo va a hacer a través de ti.”
No les suenan familiar estas palabras cuando el mismo Jesús dijo a sus
discípulos: “Cuando los lleven delante de la sinagoga, de las autoridades, no
se preocupen por preparar su disertación antes de tiempo, porque ahí -en el
momento- el Espíritu les dejará saber lo que tienen que decir.”
Evangelizar es crucial para la vida de cualquier iglesia. Ahora bien, cuando se habla de ello, a muchos
les tiemblan las rodillas; aunque hay otros que en cinco minutos tienen a
alguien de rodillas en la esquina de la calle orando y aceptando a Cristo. Es necesario que haya personas que puedan
evangelizar; que puedan comunicar el amor de Dios en una manera nueva,
refrescante y relevante.
Y para este tiempo Dios nos está diciendo las mismas cosas que le dijo a
Moisés: “Yo soy el que pone palabras en tu boca”. Normalmente pasamos un tiempo antes de hablar
con alguna persona, pensando en qué le vamos a decir, pero cuando llegamos a
ella se nos olvida todo. Es Dios el que
te va a inspirar a hablar; incluso tal vez use algunas de las cosas que “cocinaste
en tu cabeza”, pero es Él quien te daré las palabras para llegar verdaderamente
al corazón.”
¿Saben qué? No nos lancemos a evangelizar con palabras nuestras…de hacerlo así
no vamos para ningún lado. Si hoy queremos ver vidas verdaderamente
transformadas por el poder de la palabra de Dios, necesitamos que sea Dios
mismo el que llegue a esos corazones. Dios mismo es el que tiene que penetrar
esas mentes que ya han sido manipuladas por la mentalidad, las ideologías y las
filosofías de este mundo; y solo Dios -con su poder- puede llegar directito a sus
necesidades.
Es el tipo de evangelismo que necesitamos ver hoy…dirigido directamente por
Dios. Moisés era un instrumento de Dios, pero tenía sus temores; y nosotros
tenemos los nuestros. Recordemos que somos
vasos de barro en las manos del alfarero, y éste nos usará como quiera. La
responsabilidad de nosotros es poder discernir cómo es que Dios nos quiere
usar. Qué Dios va a hacer a través de nosotros? Cómo? Cuándo? Dónde? Con quién?
Para que su gracia y su amor se dejen notar en los corazones de aquellos que
así lo necesitan. Anímate, todo esto tiene
que ver con cómo la bendición de Dios pueda alcanzar a otros a través de ti.
Cada vez que te mires en el espejo, o te llegue un pensamientos mezquino, recuerda que Dios te mira y dice: “Tú no eres eso, eres una persona que vales mucho, eres una persona que tal vez otros están echando a un lado, PERO yo te estoy poniendo del lado mío. Ese lado para donde te están empujando las personas, es el lado donde yo estoy…y donde me vas a encontrar!”
Solo Dios es capaz de hablar al corazón y afirmar. Aunque tus ojos estén
cegados con las experiencias de vida, Dios dice presente dejándote saber lo
importante que eres para él.
Piense en los distintos lugares en que te mueves. Piensa cómo Dios te puede
usar para llegar al corazón de cada una de esas personas. Cuál pudiera ser el
acto de bondad que tienes que hacer, el cual Dios usará para llegar al corazón
de alguien? Piénsalo. Hazlo!
Pide que Dios te revele cómo llegar a esos corazones tristes, confundidos y
vacíos. Dios quiere afirmar tu vida y tu corazón. Dios quiere que sepas que Él
cuenta contigo y que Él está contigo. Él
se encargará de abrir puertas a tu favor.
OJO…asimismo habrá otras puertas que cerrará (puertas que en nada te son
de bendición, desde la perspectiva de Dios). Solamente tienes que estar
pendiente a las señales que el Señor te da… para saber hacia dónde ir.
Dios quiere afirmar tu caminar. No pienses de ti como poca cosa; como que
no sabes hablar, que no sabes pensar…Dios siempre sabrá cómo equiparte. Ponte de
pie y deposítate en Sus manos.
Señor… Enséñanos a poder escucharte, a prestarte atención, a tener
corazones abiertos para ti, y a ser sensibles a ti. Amén!
(Este es un resumen del sermón del 2 de enero 2013, Congregación León de Judá. Boston MA. Pastor asociado Omar Soto)
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