lunes, 24 de diciembre de 2012

“Jesús Quiere que Abras tu Casa para Él"

Les cuento el sueño que tuviera anoche, y mi reflexión sobre el mismo:

Iba yo caminando por la calle y me encontré con Jesús.  Estaba vestido de blanco reluciente y con unas sandalias; su pelo era largo…pero en ningún momento vi su rostro.

Le dije que fuéramos a mi casa, a lo cual accedió.  Cuando llegamos, encontramos  a una amiga mía, quien estaba cocinando para varias personas, que también se encontraban en la casa.

Le dije que quería presentarle a mi amigo,  que se llamaba Jesús.  Todos pusieron poca atención, y mi amiga se mostraba muy ocupada con la preparación de la comida y unos bizcochos.
Ninguno tuvo idea de a quien yo les estaba presentando, a pesar de que yo les decía  Él es el maestro.  Sin embargo todas las cosas que estaban en la casa, lo podían percibir y reverenciaban a Jesús.

Al ver a todos comiendo,  decido ir a ver qué habían cocinado, y le pregunto a Jesús: Maestro, quieres comer con nosotros? y me respondió que no.  Entonces yo me senté a comer, y cuando le estoy buscando con la mirada, ya Él se había marchado.

Luego comencé a decirle a quienes estaban en el lugar, que ese que yo les había presentado era Jesús el hijo de Dios, quien había venido a compartir con nosotros, pero que como nadie estuvo presto a poner su atención en Él, decidió marcharse. 

En eso veo también a algunas de mis hermanas que me refutaban porque yo no les había declarado quién realmente era.  Y yo les dije:  es que son ustedes quienes tienen que estar dispuestas a reconocerles, y a donde a Él no se le abren las puertas Él no permanece. 

Todos en la casa pusieron cara de asombro y se quedaron algo confuso con lo ocurrido, pero ya Jesús se había marchado y no había otra oportunidad….    Luego desperté

Mis reflexiones sobre este sueño son:

El que Jesús accediera a venir a mi casa:  1.  Me reconfirma que Él siempre está dispuesto a visitar cada uno de nuestros hogares y nuestras vidas. 2. Que aunque yo no lo sabía, Él sí sabía que había personas a las cuales él tenía que dejarse ver.  (Son muchos los amigos nuestros que aún no conocen a Jesús, y de alguna manera, en nosotros está la responsabilidad de darlo a conocer.)

El hecho de que no mostraran atención, ni tuvieran idea de a  quien les  estaba presentando:

1. Me muestra que hay muchas personas que aunque han escuchado, mencionan y dicen conocer a Jesús…no tienen la menor idea de quién realmente es Él; y poseen corazones insensibles a toda manifestación divina.

2. Pudiéramos interpretar el tema de que mi amiga estaba cocinando, con el sentido de como la humanidad se envuelve en los afanes de este mundo, y de cómo se vive cada día ahogando lo que Dios quiere dejarnos saber y hacer en nuestras vidas. Por tanto nuestras puertas están cerradas a los planes de Dios para nosotros.

Que las cosas/artefactos del hogar reverenciaban a Jesús:  Me dice que es lamentable ver que hay cosas (personas) que quizás  siendo insignificantes a nuestros ojos,  tienen una conciencia plena de quien es Jesús y se gozan en hacer y dar lo mejor por Él.

El que Jesús no quisiera comer con nosotros me recuerda lo que dice Apocalipsis 3:20 de que Jesús está a la puerta y llama; y si alguno oye su voz y le abre la puerta, Él entrará, y cenará con él. (Aquí vemos el hecho de que esa puerta no le fue abierta, y Él entonces se marchó.  Ya que para el cenar con nosotros, debe existir la condicionante de que abramos esa puerta…)

Pensando en que me refutaran, el hecho de  no haberles declarado quien realmente era Jesús, me da tristeza, y me hace pensar:
1.       Por un lado…estoy llevando la palabra de Dios como debo? Estoy haciéndolo de la manera correcta...en los lugares correctos?
2.       Y por otro lado, siento que se manifiesta la forma de cómo las personas acusan a otros de lo que no están dispuestos a creer ni decidir?

Y al finalizar, que doloroso fue, ver que ya no había otra oportunidad de compartir con Él.

Quiero recordarte que la misericordia de Dios es muy grande, pero no sabemos la cuota que nos corresponde.  Ni hasta cuándo su llamado estará vigente? Eso no lo sabemos.

Son muchos los métodos mediante los cuales Dios nos está hablando; y Jesús nos está diciendo que quiere visitarnos!  Estamos recibiendo, muchas veces, señales bien precisas que nos están conduciendo a la salvación de nuestras almas, pero a todas esas opciones le ponemos caso omiso. 

Ahora bien, cuando vienen momentos que nos golpean con gran dureza, queremos meternos de cabeza en las iglesias; le pedimos a los cristianos que conocemos que oren por nosotros y hasta llegamos a confesar a Jesús como Señor y Salvador en señal de “arrepentimiento”.  Y por qué esperar a que los golpes sean evidentes para decirle a Jesús:  Ven entra en mi casa (mi vida) que hoy quiero cenar contigo!

Yo quiero decirte, que este sueño yo no lo he visto como un sueño más en mi vida, sino como una advertencia para mí y para muchos otros.

Jesús no quiere que nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre nosotros se cree sabio, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. (1 Corintios 3:18).  El Señor nos está llamando, y no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza; lo que está pasando es que es paciente para con nosotros,  y no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedamos  al arrepentimiento (2 Pedro 3:9:)

“Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores…”. (Santiago 1:22)

Dios te bendiga y dirija.
Wilda Messina
24.12.12

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