viernes, 21 de diciembre de 2012

“Exhortación a la Fidelidad a Dios”

En esta lectura bíblica, en 2 Timoteo 1, podemos encontrar una exhortación a la fidelidad, veamos:

El Apóstol Pablo decía a su hijo espiritual Timoteo, que le recordaba de día y de noche en sus oraciones, y que siempre daba gracias a Dios por él. Pablo hacía memoria de la fe sincera que animaba a Timoteo, la cual antes también animaba a su abuela Loida y a su madre Eunice.

Una recomendación que hace Pablo a Timoteo, es a avivar la llama del don de Dios; a tener siempre presente que Dios no nos ha dado espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. También le decía que no se avergonzara de dar testimonio del Señor; y que al contrario, era necesario soportar sufrimientos por causa del evangelio.

Dios nos liberta del pecado, nos salva y nos llama a una vida santa; no como consecuencia de nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Él nos concede este favor desde antes del comienzo de los tiempos;  y ahora lo ha revela a través de Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio.

Pablo, por el evangelio, padeció grandes sufrimientos, pero nunca se avergonzó, porque sabía en quién había creído, y estaba seguro de que había y hay poder para guardar Sus promesas.  Recomendó que con fe y amor en Cristo Jesús, seguir el ejemplo de la sana doctrina, y que la guardemos y cuidemos, con el poder del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Y finalizando estos versículos, nos exhorta a no abandonar nunca al Señor, quien con misericordia, nos da ánimo y rompe nuestras cadenas.

Estas recomendaciones fueron para Timoteo en su momento, pero como la palabra de Dios es viva (Hebreos 4:12), y nunca pasará (Lucas 21:33) está vigente para nosotros hoy.

Dios nos busca sin descanso hasta encontrarnos. Que el Señor te conceda hallar misericordia divina en aquel día.

Ten presente que -aunque no lo sepas, o no lo creas- siempre hay quienes oran por ti al Padre, quienes lloran por ti, y quienes anhelan verte disfrutar de la alegría, el amor y la paz que solamente Cristo puede dar!  Ahora bien, hay una decisión que no se puede quedar….es la tuya.

Jesús hoy te dice:  He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Apocalipsis 3:20)
De nosotros depende que el Señor nos encuentre.   Dios te bendiga y que Su Espíritu Santo te dirija a toda verdad!

Wilda Messina /  21.12.12 - 15122021

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