El salmo 5.6 nos dice que “Al hombre engañador abominará el Señor. Y como contrapartida, en el Salmo 40.4 vemos que es bienaventurado el hombre que pone en Dios su confianza y no mira a los que se desvían tras la mentira.
Hace días he querido hablar sobre este tema, pues he notado cuán fácil resulta a las personas no decir la verdad, o envolverse en la mentira. Se ve tan “normal” hablar mentiras, que hasta de colores las llaman. Escuchamos hablar de mentira blanca ( aquella tan simple que nadie habrá de morir por ello, con la cual entendemos que no dañamos a nadie y solo lo decimos para “ayudar o evitar un sufrimiento peor”…). Mentira rosa (…entendemos que lo que se dice es con el fin de servir o agradar a alguien). O simplemente hablamos mentira, con la única función de engañar a los demás….
Según el diccionario de la Real Academia Española, se define Mentira como: Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa. Y mentiroso: Persona que hace uso de la mentira…no importando el color, la magnitud ni la consecuencia.
Por qué surgen los mentirosos? Pudiera ser por inseguridad, desconfianza en sus capacidades, o por el deseo de ser aceptados tal como son; o podrían surgir por simple placer y/o conveniencia. Estos elementos, entre muchos otros que pudieran existir, los lleva a decir cosas inciertas, o a incluir “adornos” en las cosas que dicen; con la única finalidad de causar impresiones favorables en los demás, y ser dignos de aprobación. Pero en Proverbios 30.6 nos dice la Biblia: No añadas a tus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso. Al hacer esto hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón…Pero al parecer no se percatan o no les importa.
El mentiroso se visualiza con gran personalidad, de esas que los demás admiran. Mentir, para un mundo tan dañado y donde todo se ve tan normal, viene a ser un recurso fácil, ya que, para el que está acostumbrado, no requiere de grandes esfuerzos; y donde el único temor que habría que enfrentar es el de ser descubiertos. Y cuando esto ocurre, ya tiene otra mentira con la cual responder. Cuán lamentable!
El mentiroso debe tener muy buena memoria para poder recordar todo adorno o anexo que interpuso a sus palabras. No así el que actúa con sinceridad, que no tiene que vigilar lo que dice, ya que no existe dificultad en volver a recrear lo que realmente ocurriera; haciendo, con esto, honor al proverbios 12.19, de que el labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa solo por un momento.
El Señor mismo nos aconseja en proverbios 30.8 que la vanidad y las palabras mentirosas sean apartadas; que solo digamos lo necesario. El mentiroso nunca se sacia de mentir; y cada vez se siente más motivado y más comprometido a hacerlo. Se mantiene tomando una medicina que cada vez le agrava más, no sabiendo que esas son armas negativas; tramas e intrigas para enredar a los simples (Isaías 32.7)
La cura del mentiroso es sustituir la mentira por la verdad. Es reconocer su necesidad de sobresalir y dejar de buscar reconocimientos y méritos por sus acciones. En todo momento se debe jugar limpio, ser espontáneo y natural, pues es el mejor camino para ser aceptado por los demás. Porque por más mentira que hable, sabroso será ese pan; pero después su boca será llena de cascajo.
Cuál es la recomendación de Dios para este tema?
Qué nos dice Éxodo 23.7? De palabras de mentira te alejarás; porque yo no te justificaré (yo no podré hablar por ti…). Y el salmo 101.7 nos dice que no habitará dentro de la casa de Dios el que hace fraude; ni el que habla mentiras…..
Y en el gran día final, del que nos habla la Palabra de Dios en Apocalipsis 21.27 vemos que no entrará en la patria celestial ninguna cosa inmunda, o que haga mentira. Porque todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre (Apocalipsis 21.8)
El texto bíblico siguiente, que está en Juan en 8.44 expresa: “…todo aquel que es mentiroso tiene como padre el diablo, porque él es mentiroso y padre de la mentira”
La mentira es solo de un tipo…Mentira. No nos dejemos llevar por lo que los demás hagan o digan, escudriñemos las Sagradas Escrituras y tratemos de hacer las cosas que sean agradables a los ojos de nuestro Señor y Padre Celestial..
Cuando sientas deseos de mentir, hazte la siguiente pregunta: Mentiría Jesús, como lo pienso hacer yo?.
Señor… Ayúdame a no hablar mentiras, y que toda palabra que salga de mi boca sea para edificar. Amén.
El Espíritu Santo de Dios te guíe a toda verdad!
6.2.12
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