1 Samuel 1.10-11 “Ana estaba muy triste y lloraba mucho mientras oraba al Señor. Hizo una promesa a Dios: Señor Todopoderoso, mira lo triste que estoy. ¡Acuérdate de mí! No me olvides. Si me concedes un hijo, te lo entregaré a ti….”. Amén.
Ana se encontraba afligida por no tener hijos. **Cuán duro es tener que aferrarse a la esperanza, cuando las circunstancias no muestran señales de mejoría.
--Para el creyente, eso puede ser desalentador, pues sabemos que Dios puede hacer realidad nuestro anhelo, pero no lo ha hecho.
Ana era mujer de gran fe, que seguía yendo a Silo para adorar al Señor. **Perseverancia como la suya es una cualidad que el Padre celestial valora.
**La paciencia en las pruebas lleva a un carácter misericordioso, y a una esperanza que no te avergüence.
**Muchas veces, por dolor, es que llegamos a Dios. Ana derramó su alma ante el Señor y ofreció lo que más valoraba: un hijo. --Puso su esperanza en Dios, y, si veía su deseo cumplido, dedicaría ese hijo al servicio de Dios.
**A veces, lo que nos esforzamos por retener solo lo podemos conservar al entregárselo a Dios. En Lucas 9.24 nos dice que el que pierda su vida por la causa de Cristo, la salvará.
Qué te parece si pones tu esperanza en el único que puede cumplir tus deseos, o cambiarlos para que coincidan con Su voluntad.
Feliz
día. ¡Dios te bendiga en este lunes!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario