Salmos 63.3-4 “Porque mejor es Tu misericordia que la
vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu
nombre alzaré mis manos” Amén.
¡El rey David se deleitaba en conocer a Dios! Eso fue lo que le dio el título de hombre
conforme al corazón de Dios. Recordemos que lo que lo distinguió fue
la prioridad que le dio a su relación con el Padre.
Cuando escribió “Mi alma tiene sed de ti, mi carne
te anhela”, estaba haciendo una declaración de que el amor de Dios
era mejor que la vida.
David veía y vivía la vida desde una visión centrada en
Dios. Se maravillaba del
poder extraordinario del Señor, expresaba su dependencia de Él, y
proclamaba su lealtad.
Tanto la oración, como la adoración, alimentaban la
confianza de David en el Señor. Supo, siendo tan joven, enfrentar al gigante Goliat y
llevar la victoria al pueblo de Israel. David se regocijaba en conocer
a Dios, siempre buscaba su guía.
Qué les parece, si también nosotros, nos enfocamos en priorizar el
conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, a fin de que nuestra fe
descanse en el poder absoluto de Dios.
Feliz domingo.
¡Que Dios poderosamente te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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