Filipenses 3.8-9 “Ciertamente estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe". Amén.
El mayor privilegio que existe es conocer a Dios. Nada da mayor gozo y satisfacción.
Pero, qué triste es que, con frecuencia, buscamos la aceptación del mundo, olvidando el tesoro de conocer al Dios vivo.
¿Conoces a Dios? Muchos dirán que sí. Pero hay una gran diferencia entre conocer hechos sobre Dios, y relacionarse de manera personal con Él.
Todo creyente verdadero de Jesucristo debe estar en constante crecimiento del conocimiento de Dios, y de lo que para Él es importante.
Quienes se pasan la vida dependiendo de sí, nunca conocen a Dios. Él se manifiesta a los corazones honestos y transparentes, no a los llenos de orgullo y arrogancia. Es en nuestro quebrantamiento donde conocemos al Señor.
¿Tienes hambre de conocer a Dios? Si es así, pregúntale: ¿Quién eres? ¿Cómo eres? Luego, abrasa a Dios, no por el bien de Él, puesto que el Señor ya te conoce a la perfección, sino por tu propio bien. Al pasar tiempo con el Padre celestial, descubrirás lo privilegiado que es.
Nada puede darte más gozo y contentamiento que el relacionarte de manera personal con Dios.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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