Mateo 16.21-23 “Comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho…; ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero Él dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mirada en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”. Amén.
Aprendamos a escuchar la voz del Señor, incluso cuando estemos ayudando a otros, así nos aseguraremos de estar haciendo la voluntad de Dios.
Los creyentes estamos llamados a ser compasivos (Lc.10.37), pero debemos mostrar discernimiento al practicar la bondad.
A veces, intervenir en la vida de alguien, puede estorbar lo que Dios está haciendo con esa persona. Ejemplo tenemos en el apóstol Pedro, quien tuvo nublado el discernimiento. Una experiencia que probablemente nunca olvidó.
Aunque Pedro sabía quién era Jesús (Mt.16.16), también mantenía conceptos erróneos sobre Su misión.
Pedro se negó a aceptar los avisos del Señor sobre el juicio, el maltrato y la muerte que le esperaba. Después de intentar convencer al Señor de que tal fin no era posible, fue reprendido por intentar alterar la voluntad de Dios.
Pedro
tenía una visión estrecha del plan divino, y
sus percepciones equivocadas lo llevaron a rebelarse. No cometamos su error.
No obstaculicemos los propósitos de Dios. ¡Tengamos discernimiento!
¡Que
Dios nos ayude y bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario