2 Timoteo 3.16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, es útil para enseñar, redargüir, corregir, y para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, y enteramente preparado para toda buena obra”. Amén.
¿Te
habrás preguntado alguna vez por las supuestas incoherencias que los
críticos señalan en la Biblia? ¿O cuestionado sobre qué es Palabra de Dios,
y que no es?
La
respuesta es sencilla: Dios es la autoridad final.
El Soberano no tuvo ningún problema en mantener pura su Palabra.
Dios
permitió que los escritores tuvieran diferentes opiniones y trasfondos,
lo que pudo dar impresión de discrepancia. Pero, un estudio más profundo,
revela cómo encajan todas las partes.
Algo,
quizás más marcado, está en los diferentes ángulos de los Evangelios. Mateo:
Que está dirigido al pueblo judío, hizo hincapié en la historia y el
cumplimiento de las profecías.
Juan:
Cuenta la historia de amor sobre un Salvador dispuesto
a morir por el mundo.
Aunque
ambos autores viajaron con Jesús, sus perspectivas diferían. Sin
embargo, en lo fundamental, coincidieron.
Es
importantísimo confiar en la inerrancia de la Biblia.
Aunque es un libro imperfecto, producto de la mano del hombre, es
la Palabra autorizada de Dios.
El
Espíritu habló, sin importar de quién fuera la mano que
escribió.
¡Que Dios te bendiga y te ilumine!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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