Mateo 16.28; 17.1-2 “De cierto digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino. 17.1-2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo, y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; se transfiguró delante de ellos…”. Amén.
Cristo dijo que el reino de los cielos estaba cerca. Prometió que “algunos de los que estaban ahí”
lo verían. Pero el día siguiente —y los cinco posteriores— fueron días
normales en el mismo mundo de oscuridad.
Al sexto día, Pedro, Jacobo y Juan estaban con Jesús,
en lo que llamamos la Transfiguración. Y ¡qué asombroso hecho! Cuando la
apariencia del Maestro cambió, vieron su rostro resplandeciente, y sus ropas luminosas.
Al día siguiente, todo volvió al mundo conocido, pero ellos eran diferentes. Llevaron ese
recuerdo esperanzador durante el resto de sus días, viviendo a la luz del Reino
que el Señor les reveló.
Pedro escribió, acerca de esa esperanza en el Rey y
en su reino venidero. Dijo que él, Santiago y Juan habían visto con sus propios ojos su
majestad (2 Pedro 1.16).
Creyó en lo visto, y confió en que las promesas del
Señor eran una antorcha que alumbra (2 Pedro 1.19).
La Transfiguración, hoy nos ofrece la misma
esperanza. Vivamos en la luz del reino
venidero. Y cuando entendamos,
verdaderamente, que Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores, veremos
todo diferente.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario