2 Timoteo 4.1-2 “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a vivos y muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”. Amén.
Pablo le dijo a Timoteo: Que predicara la Palabra; que exhortara
oportunamente; que rebatiera, amonestara, y exhortara con toda paciencia y
doctrina.
Es como si Pablo le dijera a Timoteo: “Di
lo que tengas que decir, pero hazlo de manera que estimules a tus
hermanos. Háblales con amabilidad, llámalos a apartarse del
pecado e invítalos a volver a la gracia de Dios.
Es que Timoteo fue llamado a permanecer
fiel a la fe, y a enseñar a otros cómo seguir cabalmente a Cristo.
Todos sabemos que no es agradable ser
corregido, tampoco corregir a otros, pero a veces es necesario.
La forma en que se dicen las palabras es
tan importante como lo que se dice.
Una persona que motiva a los demás, es
alguien que persuade con amor, y que amonesta con la mirada puesta en
el bien espiritual del otro.
La mejor forma de corregir es con amabilidad,
paciencia y preocupación. Siempre pensando en el bienestar de la otra
persona.
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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