GÁLATAS 5.24-25 “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Amén.
Si, todo creyente desea
producir el fruto del Espíritu. ¿Cómo saber si los nuestros
son frutos producto del Espíritu Santo?
En el fruto del Espíritu
hay cualidades admirables que suelen ser más
evidentes cuando las circunstancias se dificultan. Veamos 2
características para ayudarnos a reconocerlas:
1. El creyente
fructífero no es controlado por su entorno. Quienes están llenos del Espíritu no pierden su fruto a causa de las
situaciones. Mantienen su gozo, incluso cuando la vida es difícil,
pues el Espíritu Santo está en control.
2. Y el creyente fructífero
se recupera luego de cualquier “caída”. No por ser perfecto. Ni mas valiente que todos los valientes, es por
ser sensible a la convicción del Espíritu, y saber arrepentirse.
¡Son más que agradecidos
por toda corrección! Alaban a Dios, no solo por revelarle su debilidad, sino por traerlos de
vuelta a Él.
Nadie puede producir
esas cualidades por sí mismo. Nuestro carácter se
transforma cuando nos sometemos a Dios, y le damos el control
total de nuestra vida. ¡Que el Señor nos ayude!
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: En.Contacto)
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