Debido a sus pecados, en especial de adorar ídolos falsos, Sofonías tenía que dar malas
noticias a Judá. El profeta dijo: Dios juzgaría a sus enemigos, y su
ira también arruinaría la nación que amaba (Sof.1.4-9).
Pero, en el verso 16 del
capítulo 3, aunque Sofonías utiliza la misma frase —“en aquel
tiempo”— promete un día de renovación. Dios nos anima a alegrarnos,
incluso mientras esperamos y soportamos en tiempo de sufrimiento.
Sofonías, como todo verdadero
profeta, vincula el llamado a la alegría con la presencia fiel de Dios entre
su pueblo. Quien siempre estará con ellos.
¿Y qué hay de nosotros? También esperamos un mundo restaurado, en el que nuestra comunión con
Dios no terminará nunca.
Corramos con
perseverancia hacia adelante, hacia la meta. Consideremos al Señor: Sufrió la cruz por el gozo puesto delante de Él,
el de sentarse en comunión con el Padre (Hebreos 12.1-2).
En lo que esperamos el cumplimiento de las promesas de Dios, ¡aprendamos a regocijarnos en
su presencia!
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: En.Contacto)
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