23.12.2024
1 JUAN 4.18-20 ”En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso…” Amén.
Nuestro Padre celestial nos ama tal como somos. Esa es una realidad maravillosa. Nos ama incluso antes de que recibamos su regalo de vida eterna.
Al recibir cada día el amor incondicional de Dios, y dejarlo que nos inunde, nuestra fe cambia drásticamente. Ese impacto se extenderá, y estaremos en condiciones de amar a los demás.
En Juan 15.5, Jesús nos dijo: Soy la vid, ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, lleva mucho fruto; porque separados de mí nada pueden hacer.
Tener siempre presente que Dios es amor, eterno e inmutable.
Su compromiso viene de quién es Él; y no tiene nada que ver con quiénes somos, o qué hemos hecho nosotros. No importa cuántos errores o buenas acciones hayamos tenido, eso nunca influirá en que Él cambie de opinión sobre nosotros.
Medita en las siguientes palabras: “Yo nunca me olvidaré de ti. He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado” (Isaías 49.15-16).
Feliz tiempo de Navidad.
Que Dios te bendiga y te
guarde.
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario