14/11/2024
LUCAS 24:49 “Enviaré la promesa de mi Padre sobre ustedes; pero quédense en la ciudad de Jerusalén, hasta que sean investidos de poder desde lo Alto”. Amén.
El pueblo de Dios, el
que tiene a Jesucristo como su Señor y Salvador, se identifica por la especial obra del Espíritu Santo en su vida.
Adorar al Padre, servir
a los demás, ser fiel, santo, mostrar amor y muchas
otras acciones de bondad, solo se vive con el Espíritu Santo presente. NO
con nuestras fuerzas.
Antes de Jesús partir anunció
la obra del Espíritu Santo. En Joel
2.27-30, como en Ezequiel 36.24-28 vemos ejemplos de ese anuncio. Te
invito a que lo confirmes.
Y los apóstoles
jugaron su papel central, luego de ser investidos desde lo Alto. Ellos iban
predicando con eficacia. Porque, para llevar a cabo la obra de Dios, sólo
es posible mediante Ese Poder.
Ayer fueron ellos, hoy,
nosotros también podemos confiar en el Espíritu Santo, para predicar salvación
a la humanidad. Con autoridad necesaria para atraer su
atención.
En el día de
Pentecostés, relatado en Hechos 2, los discípulos unánimes juntos, fueron
todos llenos del Espíritu Santo. Y el pueblo de Dios -directamente de Él- recibe
el cumplimiento de la promesa de Jesús, para la proclamación efectiva del reino
de Dios al mundo.
Vidas llenas del poder y
la obra del Espíritu Santo reflejarán Su fruto: De Amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Crucifican su carne,
pasiones y deseos. Y andan en el poder del Espíritu (Gál.5:22-25).
Muy feliz día. Que
Dios te bendiga y te guarde.
Evangelista Wilda Messina
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