DOMINGO 15/09/2024
SANTIAGO 1.21-25 “Desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, reciban con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar sus almas. Pero sean hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándose a ustedes mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra y no hacedor de ella, es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Que se considera a sí mismo, se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, de la libertad, y persevera en Ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”. Amén.
Estos versículos enseñan la importancia de la intencionalidad en nuestra peregrinación de fe. Si anhelamos relación profunda y satisfactoria con el Señor, busquemos poner en práctica lo que dice Su Palabra.
Como plantamos una semilla y la cuidamos para que el árbol dé fruto, nuestra fe requiere intencionalidad, y escuchar la Palabra de Dios es el comienzo, y tener fe consiste en poner en práctica lo que creemos.
Al aplicar las verdades de Dios a nuestra vida, nos convertimos en recipiente de su amor y gracia, para quienes nos rodean.
¿Cómo podemos encarnar la Palabra de Dios? ¡Mediante nuestras acciones! Es a través de demostraciones de amabilidad, servicio, perdón y amor que damos testimonio de nuestra fe intencional y práctica en nuestro Señor Cristo.
Feliz día y que Dios te bendiga.
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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