jueves, 1 de agosto de 2024

EVALUEMOS LO QUE QUEDE CON FE

02.08.2024

Nehemías 2.11-13 “Llegué a Jerusalén, y luego de tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego”. Amén. 

La experiencia de Nehemías nos da idea de cómo unirnos a Dios para reconstruir los lugares rotos de nuestra vida. Luego de Nehemías sufrir la destrucción de Jerusalén, pidió permiso al rey para ir a comenzar a construir. 

Puede ser difícil encontrar destellos de esperanza al examinar las ruinas de la vida rota pasada, pero es bueno saber que nunca debemos quedamos sin lo más importante: la presencia de Dios. 

Nehemías sabía eso, y por eso recorrió Jerusalén para inspeccionar sus muros y averiguar qué se necesitaba para reparar los daños. Al hacerlo, tuvo esperanza, y buscó lo que se podía lograr con la ayuda de Dios. 

Como hizo Nehemías, veamos los escombros de nuestra vida, pero con ojos de fe. Miremos más allá de nuestras circunstancias y corramos hacia el gozo de la restauración futura. 

Siempre hay esperanza cuando buscamos al Señor para dar un próximo paso. 

Feliz día ¡Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

(Referencia: En.Contacto)

Lectura bíblica completa: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Nehem%C3%ADas+2.11-20&version=RVR1960

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