26.03.24
Lucas 3.21-22 “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Amén.
Es bien cierto que el término Trinidad no aparece en la Biblia. Es un término para describir a Dios, en sus tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Los Tres son eternos, omniscientes, omnipotentes, omnipresentes e inmutables; con papeles únicos.
El Padre es nuestro Creador. En Él descansa el control del universo y de cada aspecto de la vida. Es quien “supervisa” las circunstancias para que todo pueda ser utilizado para nuestro bien.
El Hijo es nuestro Salvador. Se hizo hombre sin dejar de ser Dios. Vino al mundo con el propósito de morir en la cruz y salvarnos de las consecuencias de nuestro pecado. Está a la diestra del Padre, siendo el único que intercede por nosotros.
El Espíritu Santo es nuestro Ayudador, que vive en cada creyente, a partir del momento de la Salvación (cuando le decimos si a Jesucristo). De Él recibimos sabiduría divina, dones espirituales y poder para realizar la obra que el Padre nos asignó.
Los Tres te aman y saben cómo satisfacer tus necesidades. Te invito a acudir a nuestro Dios Trino, en busca de amor, protección, salvación y dirección.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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