18.03.2024
Proverbios 13.11-14 “Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta. La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido. El que menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento será recompensado. La ley del sabio es manantial de vida Para apartarse de los lazos de la muerte”. Amén.
Los árboles crecen a partir de semillas pequeñas, extendiendo sus ramas hacia el firmamento. En cierto modo, los creyentes somos como árboles.
Nuestra fe en el Señor es como una semilla plantada en tierra fértil. Echa raíces y comienza a brotar, extendiéndose hacia los cielos. Luego, a medida que obtenemos fuerza y nutrientes del Creador, nuestra esperanza en Él madura, dando buen fruto.
Al permanecer en el Señor, Él nos protege durante las pruebas de la vida, y se convierte en nuestro refugio. Solo Él nos sostiene con fruto de gozo, paz y alegría; alimenta nuestro espíritu y renueva nuestras fuerzas.
Para que nuestra esperanza en Dios crezca fuerte, necesitamos regarla con oración, adoración y confianza. Llegaremos a ser como árboles enraizados y firmes, irradiando la gloria de Dios.
No nos detengamos en ser árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria de su nombre. El Dios todopoderoso, sabe protegernos, proveernos, reanimarnos y renovarnos. Pongamos en Él nuestra confianza.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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