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Septiembre,
mes de la Biblia
Filipenses 3.20-21 “Nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para
que sea semejante al cuerpo de la gloria suya…”. Amén.
Normalmente las personas se identifican por la
nación en que viven (Yo amo mi República
Dominicana). Pero, como cristianos, nuestra ciudadanía terrenal no tiene
que ver con la identidad espiritual.
Al ser salvos, o sea, al
confesar a Jesucristo como Señor y Salvador, todo creyente se convierte en
ciudadano del cielo. Y las responsabilidades cívicas no son tan importantes
como la fidelidad a Dios. Todo seguidor de Cristo está llamado a buscar
primero su Reino, independientemente de su nacionalidad terrenal.
La ciudadanía del cristiano (del servidor de Jesucristo) está en los cielos. Ser hijo de Dios es lo
más importante, y dando prioridad a esa relación, tendremos una
perspectiva muy acertada de la vida.
Mirar hacia arriba ayudará
a recordar que nuestro hogar final es en el Reino de Dios, donde nos reuniremos
con personas de toda nación, tribu, pueblo y lengua, de pie delante del trono y
del Cordero (Apoc.7.9).
Si das mayor prioridad a tu
nacionalidad o ciudadanía terrenal, sería bueno cambiar la página, y darle
mayor importancia a la celestial. ¡Esa sí que será verdadera!
Siempre que leas la Biblia, piensa en eso.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Fuente: TPSH250921)
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